No todos los coches eléctricos son iguales: MHEV, FCEV…
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Desde que los coches eléctricos se volcaron para ser la mejor vía en cuanto a movilidad, la tecnología de este tipo de vehículos ha aumentado considerablemente. Porque sí; en la actualidad no solo existen los de baterías, sino que también contamos con otras tecnologías y especificaciones. De hecho, es más que posible que te hayas encontrado alguna vez con las siglas de MHEV, FCEV, PHEV y otras pero, ¿sabes qué tipo de vehículos son?
Los coches eléctricos, con distintas tecnologías
Para la mayoría es la solución que más se adapta a los tiempos actuales y mejor satisface las necesidades de los conductores. Estos son los coches eléctricos, que han venido para quedarse, pero de los que hoy por hoy existen diversos tipos de tecnologías a elegir, ya sean 100% eléctricas o adosadas a un motor de combustión.
El objetivo siempre es reducir el consumo de combustible y de las emisiones contaminantes y esto último resulta fundamental dados los cada vez más estrictos límites que vienen impuestos desde la Unión Europea. Pero, ¿qué caracteriza a todos los coches eléctricos?
Que todos cuentan con un motor funciona gracias a su capacidad de transformar en energía mecánica la fuerza que le ofrece una batería eléctrica. Ahora bien, en función del grado de electrificación de los coches, podemos hablar de distintos tipos de este segmento. Y no; no todos son iguales.
Cómo son sus tipos: coches eléctricos
O lo que es lo mismo; cuando hablamos de vehículos eléctricos nos referimos a una gran variedad de tecnologías diferentes con distintos grados de electrificación del tren de potencia, las cuales, por su parte, se dirigen con unas ventajas diferentes, aunque la mayor parte se siguen definiendo como ecológicos.
Las distintas variantes van desde hibridaciones eléctricas suaves de motores de combustión en las que el motor eléctrico no puede mover por sí mismo el coche hasta electrificaciones completas en las que nada más existe un motor eléctrico y una batería.
EV (100% eléctrico a baterías)
Caracterizados por las siglas EV, la configuración básica de los coches eléctricos. Propulsados únicamente por uno o varios motores eléctricos, obtienen la energía almacenada en sus baterías recargables mediante la conexión a la red eléctrica. En la actualidad es un segmento que está creciendo a pasos agigantados, solucionando en la mayor parte de los casos los inconvenientes que tenía pocos años atrás.
Con multitud de modelos en el mercado, en su contra juegan sus elevados precios y que la autonomía todavía no es tan extensa. Los eléctricos más comunes son el Tesla Model 3 (aquí su ficha técnica), los Nissan Leaf, Renault ZOE, BMW i3…
MHEV (microhíbridos suaves): coches eléctricos
Como su nombre indica, estos vehículos siguen siendo coches electrificados, pero de tecnología híbrida. Estos cuentan con dos motores: un lado, incorpora un motor de gasolina o motor diésel. Por otro, el motor de arranque tradicional se sustituye por uno eléctrico con más potencia y que solo funcionará en momentos puntuales.
El coche microhíbrido no tiene muchos componentes, así como tampoco requiere una modificación de la plataforma modular o de los sistemas de propulsión. El mismo lleva una batería de litio de 48 V, un motor eléctrico/generador, una unidad de control y un conversor de corriente.
Allí, batería de 12 V recibe el apoyo de la de 48 V con la función de alimentar tanto los sistemas eléctricos como los sistemas auxiliares del coche. De esta forma podrán hacer funcionar el climatizador, el sistema de seguridad, los elevalunas, la dirección asistida… En el mercado contamos con modelos como los Seat León eTSI, Skoda Octavia, Volkswagen Golf, Fiat 500 hybrid
FCEV (vehículo de celda de combustible)
Cuando nos preguntamos qué es FCEV debemos tener en cuenta que estos coches eléctricos, a diferencia del resto, no tienen una batería, tienen una celda de combustible que se encarga de almacenar energía para alimentar el motor. Estos modelos poseen la etiqueta medioambiental Cero de la DGT ya que solo registran emisiones de agua y vapor.
El funcionamiento de estos FCEV es bastante sencillo: la celda o pila de combustible produce energía a partir del hidrógeno y del oxígeno que recibe mediante un proceso electroquímico. A diferencia de un coche eléctrico, en los modelos con celda de combustible de hidrógeno se genera electricidad a medida que el vehículo la necesita.
En estos vehículos es la celda de combustible la que hace las veces de una mini central energética. En este tipo de vehículos, el hidrógeno se procesa con el objetivo de producir energía a demanda. Es importante conocer que el hidrógeno se almacena en sus tanques específicos y que se canalizan hacia la celda, lugar donde se mezcla con el oxígeno del aire para producir electricidad. De esta mezcla se obtiene agua que será expulsada, en forma gaseosa, por el tubo de escape. Con una escala mucho menor, hoy en dia podemos contar con modelos como el Hyundai Nexo, el Toyota Mirai o el Honda Fuel Cell.
PHEV (híbridos enchufables)
Estos son el paso intermedio entre los puramente electrificados y los de hibridación. Un coche híbrido enchufable PHEV, tiene la combinación de dos motores: uno autónomo prioritario y completamente eléctrico alimentado por una batería recargable, pero también un motor de combustión.
El motor 100% eléctrico y el motor de gasolina pueden funcionar por separado o juntos. Esa es la razón de que un coche híbrido enchufable tenga mucha más autonomía. Dependiendo del modelo, estas baterías le dotan de una pequeña autonomía en modo eléctrico de 50 a 60 kilómetros durante los cuales puede circular sin emisiones y en silencio.
Si, en modo eléctrico, se necesitara mayor potencia, entraría en funcionamiento el motor de combustión y se desconectaría el eléctrico. En aceleraciones fuertes, para ofrecer las máximas prestaciones, el motor eléctrico se combina con el térmico. De gran relevancia en nuestras calles, encontramos modelos como el Kia Niro PHEV, Hyundai Ioniq, Renault Mégane, Seat León…
EREV (Vehículo de autonomía extendida)
Con las mismas características que los coches eléctricos a batería, los EREV, cuentan además con un motor de combustión que hace de generador, cargando linealmente la batería mediante un generador eléctrico cuando esta se descarga, por lo que entra en funcionamiento sin que el propio conductor lo determine.
Este motor de combustión es sumamente pequeño, cargando la batería a un ritmo menor del que se descargan, de ahí que siendo un vehículo híbrido, se le catalogue de eléctrico (por su tracción 100% eléctrica) con autonomía extendida.
Ejemplos de este tipo de vehículo son el Fisker Karma, el BMW i3 versión REx o los Chevrolet Volt/Opel Ampera, que recorren hasta 100 km en modo eléctrico. Cuando entra en funcionamiento el extensor de autonomía son capaces de hacer más de 450 km con un único depósito.