Leonardo Ramos, el ténico que admira al boxeador Mike Tyson

Leonardo Ramos suele desestresarse en un cuadrilátero. Su faceta como director técnico la compagina con su afición por el boxeo; lo practica hasta tres veces por semana para liberar las tensiones propias del fútbol.

Siempre se sintió atraído por este deporte de contacto, pero nunca lo había practicado. Durante su infancia miraba junto a su papá las peleas en la televisión. Es seguidor de Mike Tyson, uno de sus favoritos sobre el ring. “Miraba todas sus peleas, pero duraban muy poco, 15 segundos a veces. Entonces mirábamos las preliminares”, contó hace poco el nuevo adiestrador de Barcelona.

Ramos, quien firmó su contrato con el “Ídolo del Astillero” por 8 meses, no es de esos directores técnicos que se quedan a correr alrededor de la cancha cuando se van los futbolistas. Lo de él es la exigente gimnasia del boxeo.

Cuenta que hace poco su entrenador personal de boxeo le dio unas botellitas rellenas con piedritas y agua y le dijo que agarrara una en cada mano y las sostuviera con los brazos abiertos un minuto.

Él pensó que se trataba de una broma, pero a los 30 segundos sentía un millar de agujas clavadas en los hombros. Al principio le dolían los nudillos, pero ahora está acostumbrado al trajín.

“Y capaz que me sirve también”, suele decir cuando le recuerdan o le preguntan por el incidente que protagonizó con el exjefe de la seguridad de Danubio, Raúl “Ratón” Píriz. Es que Ramos es de armas tomar. Siempre fue igual, como futbolista también. “No soy de la idea de que si te putean te lo tenés que bancar. Porque yo no voy a la fábrica o al trabajo de nadie a putear. Yo en la cancha estoy trabajando. Me da bronca y soy bastante calentón. Increíblemente, el boxeo me tranquiliza bastante”, le contó hace poco a diario Ovación de Uruguay.

A Ramos, hincha confeso de Danubio, le gusta ganar todo lo que se le pone por delante. Para ello, basa su idea futbolística en cuatro pilares: presión, intensidad, velocidad y seguridad.

En sus equipos, pone principal atención en que sus jugadores presionen al rival. Al jugador que pierde la pelota le exige que sea el primero que intente recuperarla.

Para desarrollar su idea, la intensidad es un valor fundamental. En sus alineaciones no tienen espacio los jugadores quietos, la desmarcación es clave. En ese sentido, el adiestrador busca que su equipo se desdoble rápido y que sea agresivo a la hora de recuperar la pelota.

Ramos es defensor del orden táctico. Es partidario del pase seguro y de la presión coordinada para no romper las líneas.

Aunque su estilo es propio, admira al estratega argentino Marcelo Bielsa y todas sus ramificaciones. Sigue de cerca a Jorge Sampaoli y a Eduardo “Toto” Berizzo.

Es meticuloso cuando de estudiar a los rivales se trata. Tiene gente que va a mirar al adversario y trabaja con un software de seguimiento de partidos. Prepara videos para los jugadores, con errores y virtudes propias y del rival.

En Danubio usaba Twitter, pero en Peñarol lo abandonó. Cerró todo. En su casa no se habla de fútbol. No hay una sola foto suya como jugador. Las medallas que ganó a lo largo de su carrera se las regaló a su hijo para jugar.

Es muy apegado a su familia. Es fanático del orden y de la pulcritud. No le cuesta fregar, lavar los platos, pasar la aspiradora.

Eso tiene una explicación en su infancia y adolescencia. “Cuando yo era chico, mi vieja tenía dos laburos (trabajos), mi viejo laburaba todo el día, mi hermana mayor estudiaba y yo tuve que criar a mis hermanas más chicas… cambiando pañales de tela como en aquel momento, haciendo todo. Fui bastante enfermo con el orden, sí”, le relató en su momento a un portal uruguayo.

Sus planes en Barcelona

Leonardo Ramos llegará mañana a Guayaquil. Mantendrá la misma línea del adiestrador uruguayo Guillermo Almada, su antecesor en el banquillo “canario”.

“He hablado con jugadores que han estado en el club y me han hecho saber que es una institución grande y que siempre pelea títulos”, mencionó Ramos ayer en el programa FanáticoRadio, de Pública FM.

“Tengo una buena relación con Guillermo, vivimos cerca, en el mismo condominio”, agregó el estratega.

Sobre su sistema de juego mencionó: “Mis equipos se han caracterizado por ser muy goleadores. Nuestro sistema siempre ha sido 4-4-2”. (I)