Las tormentas tropicales podrían llegar a golpear Pekín, Nueva York y Tokio como consecuencia del aumento de temperaturas

Las tormentas tropicales podrían llegar a afectar ciudades populosas como Pekín, Nueva York y Tokio debido al aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático. Investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU.) señalan en un nuevo estudio publicado este miércoles que los ciclones tropicales, huracanes y tifones son habitualmente más intensos y destructivos en latitudes más bajas. Sin embargo, el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero podría hacer migrar estas tempestades hacia el norte y el sur en sus respectivos hemisferios y alcanzar las latitudes medias.

«Esta investigación predice que los ciclones tropicales del siglo XXI probablemente ocurrirán en un abanico más amplio de latitudes de lo que ha sido habitual en la Tierra durante los últimos 3 millones de años«, afirmó el autor del estudio Joshua Studholme, físico del departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de Yale.

El científico mencionó la tormenta subtropical Alpha que tocó tierra en Portugal en septiembre de 2020 y alertó que fue un fenómeno que no se había observado antes. «Teníamos una tormenta de tipo tradicional de latitud media», señaló Studholme, «pero se descompuso, y en su descomposición ocurrieron las condiciones adecuadas para que se formara un ciclón tropical, y eso no le había sucedido a Portugal antes«.

Asimismo, los investigadores explicaron que, por norma general, los huracanes suelen mantenerse lejos de las corrientes en chorro, «las bandas de viento de oeste a este que rodean el planeta», y formarse en latitudes bajas sobre los océanos tropicales. No obstante, revelaron que a medida que el clima se vuelva más cálido las diferencias de temperatura entre el ecuador y las regiones polares disminuirán, debilitando dichas corrientes y abriendo paso a los ciclones tropicales hacia las latitudes medias, es decir, las zonas donde habita la mayor parte de la población mundial y se desarrolla la mayor parte de la actividad económica.

«El control sobre esto es el gradiente de temperatura entre los trópicos y los polos, y eso está estrechamente relacionado con el cambio climático general«, aseveró Studholme, agregando que «para fines de este siglo la diferencia en ese gradiente entre un escenario de alta emisión y un escenario de baja emisión es dramática». «Eso puede ser muy significativo en términos de cómo se desarrollan estos huracanes», concluyó.