El insólito proyecto de la derecha que pretende prohibir por ley el uso del lenguaje inclusivo en Argentina

Las abogadas Patricia Alejandra Paternesi y Cynthia Roxana Ginni presentaron un polémico proyecto de ley para prohibir el lenguaje inclusivo en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y en todo el sistema educativo de Argentina, iniciativa que se suma a las presentadas por otros diputados conservadores y que no han avanzado en el Congreso.

El nuevo esfuerzo de los representantes de la derecha consta de siete artículos que de inmediato desataron una controversia en medio del auge de nuevas formas del habla y de la escritura promovidas por los feminismos a nivel internacional y que ya han sido adoptadas por políticos y políticas progresistas.

«Prohíbase el uso en documentos y actos oficiales y en establecimientos educativos del comúnmente denominado ‘lenguaje inclusivo’ en cualquiera de sus formas (x, e, @, etcétera), empleado para reemplazar el uso del masculino cuando es utilizado en un sentido genérico, así como de cualquier otra forma diferente a la lengua oficial adoptada por la República Argentina», señala la iniciativa.

🏛 Se presentó en @DiputadosAR un proyecto para prohibir el lenguaje inclusivo. pic.twitter.com/Kj2lQboiFQ

— Caro Dávila 💚 (@Carodavila29) June 22, 2021

También agrega que la prohibición será aplicable a todos los documentos y/o actos oficiales emitidos por cualquiera de los tres poderes del Estado, así como en todos los niveles escolares del país, y convoca a las provincias a adherir a la ley.

La iniciativa, que apunta a evitar «alteraciones gramaticales y fonéticas que desnaturalicen el lenguaje», obedece a la necesidad de eliminar «los obstáculos que en materia de lectoescritura se manifiestan por el uso del mismo».

Sobre la prohibición en escuelas públicas, el proyecto considera que los niños van formando su lenguaje los primeros años de su vida y que «su mala utilización podría no sólo obstaculizar la lectoescritura y su comprensión, sino también significar una barrera para aquéllos que tienen más dificultades».

Y además, el lenguaje es una construcción social. El lenguaje inclusivo mueve mucho más que el idioma en sí mismo. Hay intereses políticos e ideológicos, por eso molesta tanto. ¡Gracias por el debate! 😊 Uso ustedes, ja!

— Caro Dávila 💚 (@Carodavila29) June 22, 2021

Argumentos

Según las abogadas, el uso del genérico masculino «no afecta en absoluto la igualdad entre hombres y mujeres» porque «es un hecho estrictamente lingüístico que carece de consecuencias políticas para la visibilidad de las mujeres, el respeto con que son tratadas, o su acceso a los puestos de mayor responsabilidad en todos los ámbitos de la sociedad».

Señalaron, además, que los desdoblamientos y las fórmulas neutras implican redundancias o deforman los vocablos de tal manera que pueden alterar y debilitar su valor jurídico y social.

Apoyadas en la Real Academia Española (RAE), que sigue sin aceptar las diversas formas del lenguaje inclusivo, Paternesi y Ginni afirmaron que el idioma español siempre ha tenido carácter inclusivo.

«La torpeza del desdoblamiento por sexos, tal como reclaman los transgresores, no implica visibilizar sino romper con la igualdad y la inclusión, acentuando la diferencia a través de la separación y quebrantando el sentido de equidad de las expresiones definidas de persona, construidas en masculino singular», señalaron.

Quieren prohibir el lenguaje inclusivo.No podría haber mejor razón para que me den unas ganas desaforadas de hablar con la e y escribir todo con x.Ojito.

— hindelita (@hindelita) June 23, 2021

En el caso específico de Argentina, añadieron, «nadie en su sano juicio puede argüir que los constituyentes y reformadores que actuaron entre 1853 y 1994 redactaron una Constitución únicamente para varones que excluyera a las mujeres».

Sin embargo, lo que reclaman las feministas y activistas LGTBI es precisamente que el patriarcado se impuso en el lenguaje, como en el resto de los aspectos sociales, y naturalizó la exclusión de las mujeres y la diversidad sexual, ya que la leyes fundacionales fueron redactadas por varones.

Debate partidizado

El proyecto de Paternesi y Ginni lleva el aval de otro abogado de derecha, Félix Lonigro, quien está vinculado a Juntos por el Cambio, la alianza que lidera el expresidente Mauricio Macri y que ya había presentado su propio proyecto contra el lenguaje inclusivo en la Cámara de Diputados, uno de ellos firmado por el congresista Francisco Sánchez, uno de los detractores más firmes de los cambios en el habla y la escritura.

Hay que dejar de decir «lenguaje inclusivo » y empezar a llamarlo por lo que es: jerga ideológica.Por eso presenté un proyecto para obligar a emplear lenguaje claro en todas las comunicaciones del Estado, expediente 5675-D-2020.

— Francisco Sánchez 🇦🇷 (@fsancheznqn) June 22, 2021

La polarización política que arrastra Argentina se ha colado también en este tema, ya que la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue quien impulsó en sus discursos el uso del «todos y todas» para evitar el genérico masculino.

De hecho, periodistas y políticos opositores se siguen refiriendo a ella como «la presidente» o «la vicepresidente», a pesar de que la RAE sí acepta el femenino en ambos cargos.

El presidente Alberto Fernández fue todavía más allá y suele usar el «todos, todas y todes», mientras que en algunas universidades del país ya se aceptan tesis escritas en inclusivo, al igual que diversas obras literarias.

La transformación del lenguaje en Argentina forma parte de las luchas feministas y de los colectivos LGTBI, que en este país están a la vanguardia con respecto al resto de América Latina con leyes de avanzada como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la identidad de género, que permite que cada persona sea reconocida en sus documentos oficiales con su género autopercibido.

Cecilia González

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