EE.UU.: Nuevos audios arrojan luz sobre la muerte de la afroamericana Breonna Taylor a manos de la Policía

Nuevos audios sobre la investigación policial de la muerte de la afroamericana Breonna Taylor, que el pasado 13 de marzo fue abatida a tiros cuando tres agentes buscaban drogas en su casa de Louisville (Kentucky, EE.UU.), revelan detalles sobre lo ocurrido, así como un «enfoque comprensivo» para con los agentes implicados, informó este jueves NBC News, que ha tenido acceso a dos interrogatorios.

En uno de ellos el investigador Jason Vance, que entrevista al sargento de policía Jonathan Mattingly —que dirigió aquel día la operación policial—, afirma que la incursión se llevó a cabo de «la forma más pasiva de cumplir la orden». Asimismo, indica que Mattingly disparó solo después de que el novio de Taylor, Kenneth Walker, abriera fuego.

¿Qué ocurrió?

Mattingly asegura que los agentes llamaron a la puerta y se presentaron en calidad de policías. Sin embargo, Walker ha negado esto último, detallando que tanto él como Taylor preguntaron quién era y que, al no obtener respuesta, cogió su arma de fuego con licencia.

La mujer, una paramédica de 26 años, falleció tras ser alcanzada al menos ocho veces por disparos durante el fuego cruzado entre su novio y varios policías, que estaban cumpliendo una orden de allanamiento relacionada con una investigación sobre drogas. Sobre este particular, el abogado de Walker ha señalado que no se encontró ninguna sustancia ilegal en la vivienda de la víctima.

Mattingly fue interrogado casi dos semanas después de la muerte de Taylor y en presencia de su abogado, mientras que Walker lo fue pocas horas después del incidente. Éste renunció a su derecho de hacerlo en presencia de un abogado y reconoció haber disparado una vez a quien creía que era un intruso antes de que los agentes abrieran fuego. Al cabo de unos días se le acusó de intento de asesinato de un policía, así como de asalto.

Un agente despedido

Sin embargo, la Fiscalía desestimó los cargos contra la pareja de la víctima después de que el nombre de Breonna Taylor se convirtiera en uno de los estandartes de las protestas a escala nacional contra el asesinato de afroamericanos a manos de la Policía.

Si bien la familia de Taylor ha demandado por homicidio culposo a los tres agentes que usaron su arma de fuego aquella noche, de momento no se han presentado cargos contra ninguno, aunque uno de ellos, Brett Hankison, fue despedido por violar los procedimientos y mostrar «indiferencia extrema hacia el valor de la vida humana».

El medio estadounidense detalla que la Policía creía que Taylor estaba escondiendo drogas para un amigo supuestamente involucrado en una red de narcotráfico, a pesar de que no contaba con antecedentes de ese tipo ni tampoco con condenas penales.

«Blanco suave«

Mattingly explicó que la Policía consideró que la casa de Taylor era un «blanco suave», sin animales ni niños, y que no anticiparon «ninguna amenaza», por lo que llamaron varias veces a la puerta y advirtieron del motivo de su visita. Tras 45 segundos sin obtener respuesta, derribaron la puerta.

Por su parte, Walker asegura que, tras preguntar quién era y no obtener respuesta, se apresuró a coger su arma de fuego y efectuó un disparo bajo de «advertencia». Mattingly, que fue alcanzado en la pierna por una bala, que le perforó la arteria femoral, devolvió el disparo.

Se calcula que la Policía disparó entre 16 y 22 veces esa noche. Ocho de los disparos alcanzaron a la víctima, mientras que otros destrozaron la puerta del patio de un apartamento colindante, donde vivía una joven embarazada junto a su pareja e hijo.

«Un poco agitado»

Por otro lado, Mattingly señaló que su compañero Hankison estaba «un poco agitado» esa noche, detallando que incluso llegó a discutir y a apuntar con su arma a un vecino que cuestionó la presencia policial en el domicilio de Taylor. «Brett, relájate», le habría dicho el sargento. No obstante, lejos de tranquilizarse, el agente en cuestión terminaría disparando 10 veces durante el tiroteo.

Tras el tiroteo, Walker llamó a su madre y a urgencias para que Taylor fuera atendida. Por su parte, los agentes intentaron hacer un torniquete en la pierna de Mattingly, antes de subirlo a una ambulancia. Fue entonces cuando obligaron a salir de la vivienda al joven, momento en que —asegura— un policía le dijo que iría a la cárcel por el resto de su vida.

Geoffery Alpert, experto en vigilancia policial de alto riesgo y uso de la fuerza, cree que el interrogatorio que se le hizo a Mattingly no fue adecuado. «El objetivo de una entrevista es obtener información imparcial, y eso no es lo que se hizo», expresó Alpert. «Las preguntas son tan guiadas que básicamente le están dando toda la información que están obteniendo», añadió.

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