Créditos educativos hasta la vejez son errores financieros

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Créditos educativos caros y arrendar hasta la vejez son errores financieros a largo plazo

Ninguna inversión o préstamos es malo o bueno de entrada; pero se deben valorar los beneficios y todos los costos involucrados.

Hasta en las decisiones aparentemente más triviales y cotidianos se pueden esconder consecuencias financieras a largo plazo. Ningún crédito o inversión es malo o bueno por sí mismo; pero todo dependerá de las condiciones y el contexto en que se los realiza.

Cada opción, desde la carrera profesional hasta dónde se vive, se puede medir en términos de costo-beneficio.

Es decir, cuánto cuesta (no solo en términos económicos sino también sociales y psicológicos) y cuáles será la ganancia que se recibe.

Lorena Mera, asesora en finanzas personales, explicó que todos, con más o menos consciencia de ello, buscamos seguridad financiera.

Esto significa no llegar a fin de mes con más deudas que ingresos; y con la incertidumbre de qué se puede pasar.

Esa seguridad financiera se sustenta en decisiones inteligentes en temas claves.

No endeudarse caro para financiar estudios

Los créditos educativos pueden ser una gran herramienta para financiar una carrera universitaria o una especialización.

Pero se debe valorar con claridad todos los costos involucrados; el nivel de salarios en el mercado laboral donde se piensa ingresar después; y el tiempo que tomará pagar esos créditos, entre otros aspectos.

En Ecuador, seis bancos ofrecen este tipo de financiamiento; sin embargo, más del 80% del mercado se concentra en el Banco del Pacífico.

En esa institución si, por ejemplo, se aplica a un préstamo de $15.000 con el fin de pagar una maestría de un año y medio, al final se terminara pagando mucho más del doble (por encima de $38.000).

Además, aunque se ofrece un año de gracia antes de comenzar los pagos, la obligación tiene entre 10 y 15 años de plazo para pagar.

Así, se debe valorar si justifica endeudarse por un periodo tan largo para sufragar gastos educativos.

En promedio, en el caso hipotético antes mencionado, la cuota mensual está entre $260 y $350. Esa cuota debe ser comparada con el ingreso medio que ofrece el mercado laboral ecuatoriano.

En ese contexto, la realidad nacional apunta a que, independientemente de las especializaciones adicionales, los jóvenes profesionales son los segundos peor pagadas de  la región.

Con sueldo promedio de $622 al mes, la cuota del crédito educativo se lleva entre el 40% y más de 56%. Lo aconsejable es que el porcentaje no supere el 30% para que tenga sentido el endeudamiento.

Laurence J. Kotlikoff, economista y profesor de Harvard, recomienda que al decidir sobre un crédito educativo se tome en cuenta también el impacto en el patrimonio futuro de los padres; que en algunos casos asumen gran parte de la obligación.

En Estados Unidos, las deudas educativas pueden llegar incluso a hipotecar el futuro y las oportunidades de crecimiento laboral.

La vejez es mejor con casa propia

Una de las mejores inversiones para la vida después del trabajo activo, además del ahorro para la jubilación, es la inversión en una casa propia. Esa inversión no solo tiene efectos positivos en la tranquilidad emocional; sino también en los ahorros a largo plazo en términos económicos.

En países como el Ecuador, con baja cobertura de las pensiones de la seguridad social (alrededor de 14% de la población), la etapa de la vejez puede tener problemas adicionales si se tiene que pagar un arriendo cada mes.

Ese arriendo puede cambiar drásticamente con el tiempo, pero en la mayoría de los casos, los ingresos en la tercera edad son fijos y limitados. La mejor forma de protegerse de eso es tener un activo seguro y propio como una casa.

Además, normalmente, incluso si se financia la compra de ese activo, los créditos se termina de pagar antes de la jubilación.

De acuerdo con un estudio del Banco Mundial (BM), en la vejez crecen, en hasta 50%, los gastos en temas de salud; por lo ideal es que los escasos recursos disponibles no se vayan en temas como arriendo.