WSJ: Las empresas de buques petroleros de la UE se apresuran a transportar crudo ruso antes de que entren en vigor las sanciones aplazadas

Los propietarios de petroleros europeos están transportando la mayor cantidad de crudo ruso posible antes de que entren en vigor el próximo diciembre las restricciones energéticas contra Moscú acordadas en el sexto paquete de sanciones de la UE, según informa The Wall Street Journal.

Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania en febrero, Occidente se ha comprometido a cortar sus importaciones de petróleo del país euroasiático, y las sanciones que se avecinan afectarán directamente a las empresas de almacenamiento y transporte del hidrocarburo.

El medio subrayó que los buques cisternas pertenecientes a compañías griegas recalaron en los puertos de Rusia 151 veces en mayo y junio, frente a las 89 del mismo periodo del año pasado.

Debido a una demanda de crudo sin precedentes, las tarifas de transporte de petróleo también se han multiplicado. Así, el coste de una carga en un petrolero Aframax se elevó a unos 40.000 dólares, mientras que a principios de año esta cifra rondaba los 10.000 dólares.

«Nadie puede decir qué pasará con el mercado de los petroleros cuando las sanciones entren en vigor, pero a largo plazo podría tener un impacto positivo, porque la demanda de petróleo sigue siendo alta y los barcos probablemente tendrán que traerlo de más lejos […] y, por lo tanto, ganarán más dinero», afirmó el jefe de una empresa griega del sector.

El 3 de junio, el Consejo de la Unión Europea anunció la adopción de manera oficial de su sexto paquete de sanciones «económicas e individuales» contra Moscú por el que se prohibió el suministro de petróleo y algunos productos derivados del petróleo desde Rusia hacia el bloque comunitario, detallando que la aplicación de la medida tardaría desde 6 meses para el crudo hasta 8 meses para los productos petrolíferos.

Mientras tanto, las entregas de crudo por oleoductos seguirán excluidas de las restricciones de manera temporal «para aquellos Estados miembros de la UE que, debido a su situación geográfica, sufren de una dependencia específica de los suministros rusos y no tienen opciones alternativas viables», precisó el organismo.