Vinculan un grupo de químicos ampliamente usados con más de 100.000 muertes prematuras al año en EE.UU.
Los ftalatos, sustancias químicas a las que el ser humano está expuesto a diario, al usarse en la producción de champú, cosméticos o en contenedores de comida, podrían causar hasta más de 100.000 muertes prematuras anualmente en EE.UU., lo que representa una pérdida de productividad económica de 40.000 millones a 47.000 millones de dólares, según un estudio.
Los resultados de la investigación, efectuada por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York (EE.UU.), fueron publicados este 12 de octubre en la revista Environmental Pollution.
Durante mucho tiempo se ha conocido que esos compuestos químicos pueden representar un peligro para la salud humana por su capacidad de interferir con la función de las hormonas, lo que sirvió como punto de partida para los investigadores.
Al analizar, entre otros datos, las muestras de orina de más de 5.000 adultos de 55 a 64 años, los expertos descubrieron que los que tenían concentraciones más altas de ftalatos tenían más probabilidades de fallecer debido a enfermedades cardíacas. Además, eran más proclives a morir a causa de cualquier otro mal en comparación con los que tenían bajos niveles de dichas sustancias. Sin embargo, los expertos no establecieron vínculos directos entre los altos niveles de ftalatos y un mayor riesgo de fallecer de cáncer.
«Nuestra investigación sugiere que el perjuicio de esta sustancia química en la sociedad es mucho mayor de lo que pensábamos en un principio. La evidencia es innegable de que limitar la exposición a los ftalatos tóxicos puede ayudar a salvaguardar el bienestar físico y financiero de los estadounidenses», destacó en un comunicado el autor principal del estudio Leonardo Trasande, citado por el portal EurekAlert.
Por otra parte, Trasande detalló que la indagación no apunta a una relación causal directa entre el impacto de ftalatos y la muerte temprana. En parte, esto se debe a que el mecanismo biológico que explicaría la conexión todavía es poco claro para los expertos.
Entre tanto, los investigadores aguardan con interés poder seguir estudiando el papel de las sustancias en cuestión en la regulación hormonal y en el proceso de la inflamación en el cuerpo.