Unos 200 bolivianos intentaron regresar por la fuerza a su país desde Chile, en la ciudad de Pisiga, departamento de Oruro, a pesar de que La Paz decretó el cierre de sus fronteras para contener la propagación del coronavirus. De esta manera provocaron una tensión con los integrantes del Ejército de Bolivia, que recurrieron al uso de gases lacrimógenos.

La muchedumbre arrojó piedras y otros objetos hacia los uniformados, mientras que una de las personas incluso le arrebató el fusil a un soldado, informa el periódico El Deber.

Las acciones del grupo generaron una tensión durante horas en la frontera, en medio de la crisis sanitaria por la pandemia mundial.

La cadena RTP señala que, en respuesta a este comportamiento, efectivos del Ejército que controlaban el paso fronterizo lanzaron gases lacrimógenos contra sus connacionales, a fin de dispersarlos para que cejaran en su empreño de intentar atravesar el control sin cumplir la cuarentena por el coronavirus.

En ese contexto, el gobernador de Oruro, Zenón Pizarro, pidió este martes al gobierno de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez un refuerzo de policías y militares para controlar la zona. «No estamos en contra [de que regresen], tampoco el Gobierno central. Van a ingresar, pero queremos que entren al país de la manera correcta, que hagan Migración, que sean sometidos a los controles médicos«, señaló el funcionario.

El pasado 20 de marzo, Bolivia dispuso el cierre de sus fronteras terrestres y aéreas como medida para enfrentar al coronavirus. Diez días después, las autoridades frenaron la repatriación de unos 150 bolivianos que habían quedado varados en el país vecino.