Una de las movilizaciones que se han venido sucediendo desde que el pasado viernes la Comunidad de Madrid anunciara restricciones en algunas zonas del sur para luchar contra la propagación del coronavirus, ha acabado con duras cargas policiales que han dejado una imagen que recuerda el homicidio de George Floyd en EE.UU.: un agente de Policía presiona el cuello de un manifestante con su rodilla.

La protesta tuvo lugar este jueves en el barrio de Vallecas, al sur de la ciudad de Madrid, en una de las zonas básicas de salud en la que los residentes tienen prohibido entrar y salir, salvo excepciones, y donde también hay limitaciones horarias, de aforo, de reuniones sociales y donde los parques y jardines permanecen clausurados.

Varios testigos grabaron tanto el inicio de las cargas, en las que denuncian que no hubo ningún acto previo de los manifestantes que las provocaran, como el incidente en el que se inmoviliza a uno de los participantes en la protesta mientras está tumbado en el suelo boca abajo. Dos agentes lo retienen mientras uno de ellos presiona con fuerza su pierna contra su cuello.

Esta actuación policial ha generado multitud de críticas. Muchas personas, como el conocido periodista Antonio Maestre, han recordado que la Policía Nacional depende de la delegación del Gobierno en Madrid, al mando de José Manuel Franco, líder del Partido Socialista en la Comunidad de Madrid, y del que se ha pedido su dimisión por este suceso.

Barrios obreros vs zonas más ricas

También ha sido muy criticada la diferencia de criterios para tratar las manifestaciones según el lugar donde se producen. Ahora están teniendo lugar en el sur de Madrid, mayoritariamente en barrios obreros y de bajas rentas, y se están produciendo intervenciones policiales.

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Sin embargo, cuando fueron los vecinos de una de las zonas más ricas de Madrid, el barrio de Salamanca, quienes se manifestaron en pleno estado de alarma para protestar por el confinamiento, no hubo cargas ni detenciones. En aquella ocasión hubo numerosos incumplimientos de las medidas de seguridad, como la distancia entre personas y el uso de mascarillas cuando no se podía respetar esa distancia.

Las movilizaciones actuales exigen más recursos sanitarios (profesionales de la salud y rastreadores) frente a las «medidas clasistas» que han comenzado a tomar las autoridades de la Comunidad de Madrid, después de que los contagios se hayan disparado en esta región hasta alcanzar los casi 50.000 positivos en las últimas dos semanas (210.000 desde que comenzó la pandemia) y de tener la incidencia acumulada más alta del país, y también de Europa, con 746 casos cada 100.000 habitantes.