El submarino estratégico nuclear de cuarta generación Gueneralíssimus Suvórov ha sido retirado de su hangar en un astillero de Severosvinsk, en el noroeste de Rusia, antes de su inmersión en el mar.

La salida del sumergible de 170 metros de largo tuvo lugar en presencia del comandante en jefe de la Armada, Nikolái Yevménov, los comandantes de la Flota del Norte, la dirección del astillero SevMash, los diseñadores del proyecto y las autoridades locales.

El Gueneralíssimus Suvórov, proyecto lanzado en diciembre de 2014, es el tercer submarino de la clase Boréi-A. Dotados de misiles balísticos intercontinentales Búlava, los sumergibles de esta clase operan a profundidades de hasta 480 metros y tienen una autonomía de 90 días (limitada solo por la cantidad de alimentos y agua que almacene).

Además, tienen capacidad para portar 16 lanzadores de misiles balísticos intercontinentales Bulavá, con un alcance de 8.000 kilómetros, por lo que representan un componente de disuasión nuclear de la nación. Así, el almirante Yevménov los describió como un «argumento estratégico» de Rusia.

«Los submarinos de propulsión nuclear defienden nuestro país. Esperamos mucho estas naves. Han demostrado su fiabilidad. Son el fruto del pensamiento militar y científico, del calor de sus manos y corazones. Espero que el año que viene demos la bienvenida al Gueneralíssimus Suvorov», afirmó el comandante en jefe en la ceremonia.

Tras la inmersión del submarino, y después de que sea sometido a una serie de pruebas, empezarán los trabajos de equipamiento.

Asimismo, el segundo submarino nuclear de clase Boréi-A, Kniaz Oleg, ha sido entregado esta semana por el mismo astillero a la Armada rusa. El 21 de diciembre, la nave izó la bandera naval rusa junto con el submarino nuclear Novosibirsk, que forma parte del proyecto 885M Yasen-M.

Al igual que las dos naves previas, el Gueneralíssimus Suvórov formará parte de la Flota del Pacífico, tras completar las pruebas e incorporarse en la Armada.