¿Vas a comprar un coche eléctrico? No lo hagas sin fijarte en esto
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¿Vas a comprar un coche eléctrico? No lo hagas sin fijarte en estos 4 puntos
Son muchos los usuarios que tienen a bien dar el pase definitivo para comprar un coche eléctrico, pero no todos saben en qué fijarse. Es la solución del futuro, y lo cierto es que sabremos ganar enteros por sus buenas características y disposiciones. Pero también es importante ver que no todas portan las mismas utilidades. Si estas interesado en ellos, descubrimos las pautas más a considerar.
El vehículo electrificado está aflorando en un mercado cada vez con mejores vistas, y ahí, en lo que se refiere a su disposición, tienta a una buena variedad de usuarios. Destacan por contar con una tecnología mucho más avanzada en comparación con los automóviles de gasolina. Al ver estas ventajas, alguno habrá decidido dar el paso de adquirir un modelo sostenible.
Su compra siempre necesita investigación previa
Para situarnos: un coche eléctrico es aquel impulsado por uno o varios motores alimentados por una fuente de energía eléctrica posteriormente transformada en energía cinética, sea recargada o no a través de la red.
En este contexto y muchas veces bien por desconocimiento, red de recarga incipiente y la diferencia de precio con un vehículo de combustión de similares características, hacen que los conductores tengan en cuenta una serie de variables antes de comprar un coche eléctrico. Afortunadamente, los cambios legislativos presentes y futuros facilitarán la implantación de este tipo de vehículos no contaminantes.
Esto hace que el público tienda a preguntarse si estas flaquezas repercuten directamente en el momento de su adquisición, o si bien es mejor dejarlo para los años venideros cuando estén más en forma. Por tanto, y si lo enfocamos desde el punto del que es el mayor desembolso económico que realizamos a lo largo de nuestra vida, sus consideraciones son más que importantes.
Así, hacerlo en estos tiempos donde la tecnología está en constante evolución, es preciso que no nos tomemos la elección de un primer vistazo. Todo lo contrario. Tenemos que investigar y conocer a fondo el coche antes de ejecutar la compra.
Dudas a resolver
El pasado 2020 cerró con un incremento del 216% hasta las 17.925 unidades en los vehículos eléctricos, de las que 9 de cada 10 fueron turismos. Esto mostró un notable crecimiento de cara al usuario, que, aunque sea tímidamente, se refuerza cada vez mejor para comprar un coche eléctrico de estas características.
Ello también repercute directamente sobre el precio. Es verdad que el de uno de gama media de combustión es sensiblemente más barato que su homólogo eléctrico, aunque si miramos a largo plazo, la cosa se iguala. En todo caso, y con carácter general, en la actualidad existen vehículos eléctricos más baratos que hace unos años que además ofrecen una autonomía y unas prestaciones mucho mejores. De hecho, se comercializan opciones desde los 20.000 euros (algunos, como el Mii de Seat , incluso por 11.000 €).
Más allá de los debates a favor o en contra de esta auténtica revolución de la automoción, carentes de sentido puesto que resulta imparable, lo importante es definir las circunstancias de cada caso para acertar en la elección. Antes que nada, es importante despejar las dudas iniciales.
- ¿Para qué lo vamos a usar? Esta es una duda más que frecuente al comprar un coche eléctrico. En el entorno urbano sus ventajas son indiscutibles y su autonomía más que suficiente. Pero en carretera se nos complica. Sí, los más caros tienen un mayor alcance, per insuficiente sin una planificación minuciosa y bastantes condicionantes.
- ¿Es difícil de conducir? Todo lo contrario. Estos vehículos se hacen totalmente llevaderos. No tienen cambio ni embrague y no se calan, por lo que responden de forma especialmente suave.
- ¿Sus prestaciones son menores? Aunque se trate de prestaciones modestas y orientación urbana, la primera vez que se conduce un eléctrico sorprende lo rápido y progresivo que arranca. Sus potencias van al alza, comparables con muchos convencionales.
- ¿Son más caros? Un coche electrificado se ahorra en impuestos y en combustible debido a la ventaja del precio de la electricidad ante el combustible. Pero sus precios de adquisición son significativamente superiores a los térmicos. Con ellos llegamos a disfrutar de varias ayudas públicas a la compra.
Puntos a considerar
Una vez resueltas algunas dudas más frecuentes que suelen tener los conductores, pasamos a conocer los puntos a los que nos vamos a enfrentar a la hora de comprar un coche eléctrico. Porque sí; su funcionamiento también repercute seriamente en otros factores que no son únicamente personales. Una serie de peculiaridades que nos facilitarán la elección.
Y es que, habitualmente, solo nos solemos fijar en el coste del vehículo y el coste por kilómetro del mismo. Si bien se tratan de dos pilares en los que apoyarnos, es necesario que sepas que hay otras razones que nos inclinarán por un eléctrico u otro. Debemos tener en cuenta factores como el fácil acceso a puntos de recarga y el uso que le damos a nuestro coche. Pero hay más.
Así que, más allá de consideraciones personales, ecológicas o inerciales frente al comportamiento del mercado (la oferta de vehículos eléctricos es cada vez mayor) es necesario tener una visión global del uso que se le va a dar a nuestro VE para saber si realmente merece la pena su compra.
Consumo
Como mencionábamos, el consumo es algo de lo que todos los conductores tienden a preguntar a la hora de comprar su coche eléctrico. Y no les falta razón. Sin necesidad de hacer cálculos, es sabido que los motores eléctricos son mucho más eficientes energéticamente que los motores a combustión.
Por ejemplo, mientras que a la hora de recorrer 100 kilómetros un coche diésel habrá consumido unos 4 litros, este habrá gastado alrededor de 4 euros (5 en los gasolina). Esto teniendo en cuenta el precio actual de la gasolina y del gasóleo A, el más barato. Pero para un eléctrico los números son otros, y la verdad que mejores.
Aquí, para ese mismo recorrido de 100 kilómetros consumirá unos 13 kWh de sus baterías. Poniendo un precio de la energía doméstica diurna de 0,158 euros por kw, hacer 100 kilómetros costará unos 2,054€. En la actualidad, los que menos gastan se sitúan entre los 11,5 kW/100km (Hyundai Ioniq EV) y los 14,5 (Mitsubishi i-MiEV).
Autonomía y potencia del coche
Este será uno de los aspectos que más nos harán desviar por un coche eléctrico u otro a la hora de comprar. Y es normal. Con el paso del tiempo, este tipo de vehículos han crecido considerablemente en este aspecto, especialmente en lo que se refiere a las potencias y velocidades máximas, pero su autonomía, en gran parte de los casos, todavía muestra que su desarrollo todavía es mejorable (y mucho, además).
Actualmente podemos encontrar en el mercado coches eléctricos con autonomías de entre 200 y 600 kilómetros. Por regla general, aunque no tiene por qué, más autonomía requiere una batería mayor, y esto a su vez nos lleva a coches más grandes y caros.
Luego, y más si se buscan prestaciones mayores, contaremos también con potencias del vehículo mayores. Aquí, al igual que la potencia de carga que encontraremos a continuación, se mide en kilovatios (kW). Cuantos más kW tenga el motor, más potente será el coche. La equivalencia de 100 kW es de 136 CV.
Potencia de carga
Claro, al igual que hablamos de consumos y autonomías, también tenemos que valorar asuntos tan propios para nuestra conducción a bordo de un automóvil de nueva generación como es la potencia de carga. Esta, que se mide en kW, hará porque tengamos un tiempo de carga mayor o menor.
Por lo general, en casa solemos tener como máximo 7,4 kW de potencia. Pero para los cargadores públicos también existe la opción de carga rápida en corriente continua. Una potencia de carga por debajo de 50 kW podemos llamarla carga semi rápida; entre 50 y 150 kW se considera carga rápida; y ultra rápida si hablamos de más de 150 kW.
Por tanto, su tiempo depende: a igual capacidad de batería, cuanto mayor sea la potencia de carga, menor será el tiempo necesario para recargarla.
Mantenimiento
Sí, también te recomendamos mirar el mantenimiento de tu coche eléctrico a la hora de comprar. Como tal, este es sensiblemente menor que en el caso de los coches de combustión interna, tanto en la diferencia de precio entre la gasolina y la electricidad como en las revisiones. Esto es debido a que apenas supondrán un gasto cuestiones como los filtros, el lubricante o el aceite.
Pero también hay que considerar que, a pesar de llevar los mismos componentes eléctricos, no todos los vehículos propulsados por electricidad son iguales, tampoco en la fiabilidad. Por lo que, atendiendo a ello, es posible que se tenga una disposición diferente. Ante esto, no debemos caer en el error de pensar que podemos olvidarnos para siempre de pasar por el taller. Además del mantenimiento específico, hay que seguir revisando neumáticos, escobillas del limpiaparabrisas, amortiguadores, filtro de polen, pastillas de freno.