Una serie de importantes centros de producción se han declarado en huelga este lunes en Bielorrusia, en el marco de las masivas protestas que cuestionan la victoria del presidente del país, Alexánder Lukashenko, en los comicios del pasado 9 de agosto.

La mañana de este lunes, las minas de Belaruskali, una de las mayores productoras de fertilizantes minerales potásicos del mundo, protagonizó un parón. Según medios locales, cada vez son más los mineros de la planta que se unen a la huelga.

Trabajadores de la refinería de petróleo Naftan también anunciaron que se sumarían a la huelga si no se cumplen sus demandas, entre ellas la celebración de nuevas elecciones y una investigación de las acciones de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, un portavoz de la planta aseguró más tarde que se prevé mantener este lunes una reunión con las autoridades y que no habrá huelgas, ya que se trata de una planta de producción peligrosa.

La Fábrica de Automóviles de Bielorrusia (BelAZ) también prosigue con la protesta. «Entregamos nuestras demandas, incluida la renuncia de Lukashenko, a la dirección de la empresa. Nos dijeron que la respuesta estaría en un par de horas. No trabajaremos durante este ‘par de horas'», destacan desde BelAZ.

En la misma línea, trabajadores de la Fábrica de Automóviles de Minsk (MAZ) y de la Planta de Tractores de Minsk (MTZ) también anunciaron que convocarán huelgas. Este lunes, varios empleados de MTZ dejaron sus puestos de trabajo y se dirigieron hacia la Planta de Tractocamiones de Minsk (MZKT), adonde ha llegado Lukashenko para responder a las preguntas de los trabajadores. MTZ precisó que, de momento, el paro se declara por un día, aunque se volverá indefinido si no se cumplen sus demandas.

La plantilla de la Compañía Nacional de Radio y Televisión de Bielorrusia (Belteleradiokompaniya) también se ha sumado a la huelga, informa Interfax-Zapad, citando una fuente, que precisó que más de un centenar de empleados se han reunido frente a la sede de la empresa.

Por su parte, Lukashenko ha asegurado en un discurso ante los trabajadores de la planta MZKT que no habrá otras elecciones presidenciales en Bielorrusia, y que él no hará nada «bajo presión».

La mayor protesta en la historia moderna de Bielorrusia

Minsk fue escenario este domingo de dos grandes movilizaciones. La primera fue un mitin convocado por la organización Belaya Rus en apoyo a Alexánder Lukashenko, que reunió a 65.000 personas, según datos oficiales.

La siguió una manifestación de simpatizantes de la oposición, en la que participaron más de 200.000 personas, de acuerdo a estimaciones de medios locales, que indican que se trata de la mayor manifestación en la historia moderna del país.

Enfrentamientos violentos y detenciones

Las protestas estallaron el pasado 9 de agosto, poco después de que se dieran a conocer los primeros resultados de las presidenciales que indicaban la victoria de Lukashenko, quien lleva en el poder desde 1994. Miles de personas salieron ese día a las calles para expresar su rechazo, denunciando que los comicios no eran justos y asegurando que la verdadera ganadora era la candidata opositora Svetlana Tijanóvskaya.

Mientras, Lukashenko declaró el pasado miércoles que la mayoría de los manifestantes son personas «desempleadas» y «con antecedentes penales». En varias ocasiones ha asegurado, también, que las manifestaciones fueron organizadas desde el extranjero.

Durante los tres primeros días de las protestas se registraron violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía. Los agentes de la ley utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud. Según el Ministerio del Interior bielorruso, durante las protestas fueron detenidos unos 6.000 manifestantes. Además, dos personas murieron durante las protestas y decenas resultaron heridas.

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