«Una injusticia de proporciones inigualables»: En medio de la sequía, una familia de multimillonarios controla un banco de agua crítico en California

En el Valle Central de California, el precio del agua se está disparando. A medida que se agrava la megasequía en la costa oeste de EE.UU., una empresa agrícola ha sido objeto de escrutinio por el papel que desempeña en el suministro de agua en la región, según informó Forbes la semana pasada.

La pareja de multimillonarios Stewart y Lynda Resnick son propietarios de Wonderful, una empresa privada con ingresos de más de 5.000 millones de dólares. Alrededor del 9% del agua total utilizada por la compañía se compra en el mercado abierto del agua. Aunque no es una gran cantidad, la empresa puede gastar más que cualquier otro agricultor de la región, lo que podría influir en el precio del vital líquido.

Un portavoz de Wonderful, declaró que dan prioridad a los derechos de agua cuando compran tierras de cultivo, por lo que la mayor parte de su suministro no se compra en el mercado del agua. «Basándonos en esto, no creemos que tengamos suficiente poder de compra para influir en los precios del agua», agregó.

En el Valle Central de California, donde los pozos residenciales llevan meses secándose y otros productores debaten si deben arrancar los nogales, el precio del agua ha subido hasta los 2.000 dólares el acre-pie (medida estándar para el agua, equivalente a 326.000 galones de agua). Como comparación de precios, en épocas de no sequía, el agua puede venderse a un precio tan bajo como 250 dólares por acre-pie. En el extremo superior, otros agricultores han vendido sus futuros derechos de agua por 5.000 dólares por acre-pie.

Un reflejo de las «profundas divisiones sociales»

El agua que utilizan los Resnicks se almacena inicialmente en el Banco de Agua de Kern, el recurso hídrico más valioso del Valle Central de California, capaz de almacenar 500.000 millones de galones bajo tierra. Además, es una asociación público-privada en la que los Resnicks tienen una participación del 57%.

Algunos expertos han indicado que el sistema de almacenamiento de los Resnicks también es controvertido: «Han estado almacenando agua utilizando dólares públicos y privados para acorralar un recurso público. Gracias a sus derechos de agua y a su riqueza, se están aislando de la sequía», afirma Char Miller, director de análisis medioambiental de la Universidad Pomona.

«El capital privado no tiene ningún problema con la sequía, mientras que el resto de nosotros sí. Esa es una de las profundas divisiones sociales«, añadió.

Miller señala que en los mismos condados donde los Resnicks han almacenado agua en el subsuelo, hay comunidades marginadas, a menudo formadas por trabajadores agrícolas migrantes e inmigrantes, con escaso acceso al agua pública. «La dinámica del poder es esencial en esta historia. Los Resnicks son tan dominantes, y las comunidades sin poder están en el otro extremo de una escala que se inclina poderosamente en su contra» agregó, y catalogó la situación como una «injusticia de proporciones inigualables».

El espaldarazo de la ley

En respuesta, los Resnicks han declarado que su control mayoritario del banco fue obtenido legalmente. Además, aseguran que han reinvertido decenas de millones en programas para sus trabajadores en el Valle Central y la comunidad en general, así como en investigación medioambiental.

Sin embargo, algunos critican que los Resnicks no habrían podido crear una operación agrícola tan amplia sin una negociación ventajosa que les permitiera el acceso al Banco de Agua.

En 1994, algunos de los asesores de mayor confianza de Stewart Resnick se reunieron con varios líderes de los distritos hídricos del sur de California y con funcionarios estatales para negociar. A cambio de renunciar a algunas entregas de agua del estado, los Resnicks obtuvieron terrenos públicos y antiguas tierras de cultivo y campos petrolíferos con gran capacidad de almacenamiento de agua.

En California reconocen que el agua es un recurso público, pero también ha permitido que intereses corporativos con mucho dinero se apoderen de gran parte de su agua. «Bienes como este, que antes estaban en control público y ahora están en control privado, deben ser devueltos al público«, dijo Alexandra Nagy, directora de la organización Food and Water Watch en California. «Especialmente con el cambio climático y en momentos de sequía, necesitamos ver tendencias hacia la transparencia. Cuando tenemos una crisis, es cuando los intereses corporativos se aprovechan e impulsan más su agenda», agregó.