El 22 de noviembre la Policía del estado de Australia Occidental recibió una llamada sobre un ataque letal de un tiburón en una popular playa cerca de la ciudad de Broome, en el norte del país.

La víctima, un hombre de 55 años de edad, estaba en el agua a unos 30 metros de la costa haciendo surf cuando ocurrió el ataque. Tras sufrir mordidas en la mano y la pierna fue sacado del agua con heridas graves y recibió los primeros auxilios por parte de la Policía antes de la llegada de la ambulancia. Sin embargo, los paramédicos no fueron capaces de salvarle la vida.

Los policías observaron al escualo desde la costa durante los treinta minutos posteriores al ataque, e incluso dispararon al depredador. Los guardaparques cerraron la playa tras lo ocurrido, y un barco de pesca recibió la orden de patrullar el área.

El incidente fatal ocurrió poco más de seis semanas después de otra muerte en Australia Occidental a causa de un ataque de tiburón. Actualmente el país cuenta por ocho las víctimas de ataques de tiburones en lo que va de año. Se trata de la cifra más alta desde 1929, cuando murieron nueve personas.