Un osito de agua congelado podría ser el primer animal entrelazado cuánticamente, sugiere un estudio

Un equipo internacional de científicos compartió recientemente un nuevo estudio, publicado el pasado 16 de diciembre en el servidor de preimpresión arXiv y aún no revisado por pares, en el que se examina la posibilidad de crear un estado altamente entrelazado entre un tardígrado u oso de agua en criptobiosis (estado de suspensión de procesos metabólicos), un bit cuántico (cúbit) superconductor y otro cúbit para «superar la barrera» entre los sistemas cuánticos y biológicos.

«La vida es complicada, ‘caliente y húmeda’, mientras que los objetos cuánticos son pequeños, fríos y bien controlados», escriben los investigadores, dirigidos por Kaisheng Lee, de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, al justificar la elección de los tardígrados, animales microscópicos y casi indestructibles por sus capacidades para tolerar condiciones extremas gracias a un estado de animación suspendida, la denominada criptobiosis.

Para su experimento, los científicos recogieron en un canalón de Dinamarca tres tardígrados que midieron entre 0,2 y 0,45 mm en su estado activo, pero se redujeron a una tercera parte de su tamaño cuando fueron congelados para entrar en criptobiosis. Los tardígrados, también llamados ‘ositos de agua’ por la manera en la que caminan, fueron congelados hasta la temperatura más baja a la que jamás hayan sido expuestos, una fracción de grado sobre el cero absoluto.

Cada tardígrado fue colocado entre las placas de un condensador de circuito superconductor que formó un bit cuántico. Al entrar en contacto con el cúbit B, el tardígrado cambiaba la frecuencia de resonancia de ese bit cuántico. A su vez, todo el sistema también fue conectado a otro bit cuántico, denominado cúbit A, para determinar si era posible entrelazarlos.

De acuerdo con los científicos, las pruebas mostraron que las frecuencias de los bits cuánticos cambiaron en paralelo, lo que sugiere que podría tratarse de un sistema entrelazado de tres partes.

La resistencia récord

No obstante, solamente un tardígrado sobrevivió cuando los científicos intentaron despertarlos 420 horas más tarde. Según los investigadores, el sobreviviente «marcó un nuevo récord en las condiciones en las que una forma compleja de vida puede sobrevivir«. «El tardígrado sobrevivió a las condiciones más extremas y prolongadas a las que jamás había sido expuesto, lo que demuestra que la criptobiosis es realmente ametabólica», escriben los científicos en su estudio.

«La presente investigación es quizá la realización más cercana que combina la materia biológica y la materia cuántica con la tecnología moderna. Al tiempo en que se pueden esperar resultados físicos similares de un objeto no animado con una composición similar a un tardígrado, subrayamos que se observa el entrelazamiento con un organismo entero que preserva su funcionalidad biológica tras el experimento», concluyen los investigadores.