Una persona murió este jueves y otras 15 resultaron heridas, entre ellas un bebé de 10 meses, debido a la detonación de un artefacto explosivo en el sepelio de los cinco menores asesinados el martes en Cali (Colombia).

Según afirmó el comandante de la Policía Metropolitana, el general Manuel Antonio Vásquez, la explosión se registró cerca de las 6:00 de la hora local. De acuerdo a lo expuesto por Vázquez, se pudo establecer que un individuo lanzó una granada contra el Comando de Atención Inmediata (CAI), la policía de cercanía que vigila el municipio.

Tras la explosión, la onda expansiva provocó lesiones en dos uniformados y una docena de civiles que se encontraban en el velatorio, en el barrio Llano Verde, al oriente de la urbe. La víctima fatal fue identificada como Hamer Díaz Hernández, de 36 años.

Por su parte, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, detalló que el arma utilizada fue «un artefacto de elaboración industrial que pudo haber causado muchos más daños».

El quíntuple crimen que conmocionó a Colombia

El martes 11 de agosto, cinco menores de edad afrodescendientes fueron asesinados en el mismo barrio, cuatro por disparos de armas de fuego y uno degollado con un cuchillo. Los cuerpos de los jóvenes, de entre 14 y 18 años de edad, que llevaban horas desaparecidos, aparecieron en un cañaveral y presentaban signos de tortura, indicaron las autoridades.

Si bien se desconocen hasta el momento las motivaciones de la masacre, se sabe que en la región de Cali conviven con las familias de bajos recursos grupos armados vinculados al sicariato y al tráfico de drogas.

Tras el hecho, las autoridades locales y nacionales ofrecieron una recompensa de hasta 200 millones de pesos (unos 5.300 dólares) por información sobre el múltiple homicidio.