Una patrulla de la Policía Local de Málaga, en Andalucía, al sur de España, paró a un hombre que caminaba con la mascarilla sujeta en el antebrazo, a pesar de que es obligatoria para todos las personas a partir de los 6 años. El individuo se justificó aduciendo que tenía un certificado que le eximía de usarla por motivos de salud. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando los agentes se percataron de que el nombre y apellidos del médico que firmaba el documento eran los mismos que los del paciente.

El incidente tuvo lugar el pasado viernes por la tarde en el centro de la ciudad. Los agentes observaron, además, que el documento que portaba el hombre, de unos 40 años, no tenía sello, aunque sí número de colegiado. En el texto se explicaba que el paciente tenía una patología respiratoria que podría verse agravada con el uso de la mascarilla.

Un concejal español usa la mascarilla para fingir que habla inglés mientras otra persona pone la voz

Debido a las dudas que el caso despertaba, los policías optaron por no denunciar al individuo en ese momento, pero redactaron un informe que remitieron al Colegio de Médicos de Málaga para comprobar si el hombre estaba colegiado y si estaba permitido que se prescribiese a sí mismo.

Según ha comprobado el medio local Sur, el facultativo sí estaba colegiado. Sin embargo, desde el Colegio de Médicos han explicado que el hecho de que un profesional sanitario se extienda a sí mismo este tipo de certificados, «no solo es absolutamente contrario a la ética y a la deontología médica, sino que carece de validez alguna».