Un estudio sugiere cómo nuestros ancestros perdieron la cola
Durante varios millones de años los ancestros de los homínidos tuvieron cola, un apéndice que acabó desapareciendo en un proceso que se considera clave para la aparición de los homínidos modernos.
Hasta ahora se desconocía qué desencadenó este proceso, pero un equipo de genetistas de universidades estadounidenses cree haber encontrado la respuesta. Según ellos, todo parece apuntar que se trata de una mutación del gen TBXT (T-Box Transcription Factor T), según un artículo publicado en bioRxiv, un repositorio de artículos científicos que aún deben someterse a revisión.
Se considera que la pérdida de la cola ocurrió hace unos 25 millones de años, cuando el linaje de los homínidos se separó de los antiguos monos del Viejo Mundo, dejando solo tres o cuatro vértebras caudales para formar el coxis en los humanos modernos.
De hecho, los humanos tenemos cola cuando somos embriones, pero posteriormente esta se fusiona con la columna vertebral y acaba formando el coxis. Los grandes simios como los gorilas, los orangutanes y los chimpancés también carecen de cola.
Al estudiar cómo se forma la cola en otros animales, investigadores liderados por Bo Xia, un estudiante de posgrado de la Universidad de Nueva York, encontraron en las primeras etapas del desarrollo embrionario un conjunto de 31 genes básicos que originan el surgimiento de varias partes de la columna vertebral en diversas especies animales.
Al suponer que nuestros antepasados perdieron la cola cuando las mutaciones modificaron uno o más de estos genes, los científicos compararon el ADN de seis simios(humanos incluidos) sin cola y con cola con nueve especies de monos con cola, y encontraron una mutación en un gen llamado TBXT.
Luego, los investigadores utilizaron ratones genéticamente modificados para determinar si la mutación TBXT era responsable del crecimiento de la cola. La mayoría de los embriones de los ratones no desarrollaron cola, pero uno sí lo hizo.
«Aunque es imposible demostrar definitivamente que esta mutación les ‘arrancó’ la cola a nuestros antepasados, esto es lo más parecido a una prueba concluyente», comentó a The New York Times Cedric Feschotte, un genetista de la Universidad de Cornell que no participó en el estudio.
Bo Xia y sus colegas proponen que esta mutación se desarrolló aleatoriamente en los simios hace unos 20 millones de años, lo que se tradujo en que a algunos animales les creciera un muñón y a otros nada. Los ejemplares sin cola prosperaron y trasmitieron esa mutación a sus descendientes. Al final del proceso, la forma mutante de TBXT se convirtió en la norma en los simios y los humanos actuales.
Sin embargo, los científicos opinan que la mutación TBXT no es la única razón por la que los humanos no tenemos cola. Lo creen así porque en sus experimentos los ratones produjeron varios tipos de colas alteradas, mientras que el coxis de los humanos es casi siempre idéntico. Por lo tanto, consideran que debió de haber otros genes que mutaron más tarde, ayudando a generar una anatomía uniforme en los simios sin colas.