Un estudiante se convierte en el primer astrónomo aficionado que descubre una nueva luna en la órbita de Júpiter
Un estudiante llamado Kai Ly se ha convertido en el primer astrónomo amateur que descubre una luna planetaria desconocida hasta ahora para la ciencia. Ly informó de su hallazgo al Minor Planet Mailing List y ha solicitado su publicación por parte del Minor Planet Center, un organismo que forma parte del Centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, en EE.UU.
Ly analizó los imágenes en línea del Telescopio Canadá-Francia-Hawai (CFHT) realizadas en febrero de 2003 por investigadores de la Universidad de Hawai y encontró un nuevo miembro del grupo Carme, formado por otras 22 lunas pequeñas que orbitan alrededor de Júpiter.
La nueva luna tiene el nombre provisional de EJc0061 y lo más probable es que se trate de un fragmento que se separó de la luna Carme, que orbita el planeta junto a otros 78 satélites naturales. Con este descubrimiento, el número total de lunas detectadas en Júpiter se eleva a 80.
Ly asegura que localizó la luna durante sus vacaciones de verano como un «hobby antes de volver al colegio». Aunque se siente orgulloso del hallazgo, admite que la luna «es solo un miembro típico del grupo Carme». Este grupo incluye 22 lunas pequeñas que, a diferencia de otras lunas de Júpiter, como como Ganímedes y Europa, orbitan el planeta en la dirección opuesta a la rotación de este durante períodos que duran alrededor de dos años.
Sam Deen, otro astrónomo aficionado, dice estar «bastante impresionado» con el logro de Ly. Según comenta, cuando los observatorios publican datos de sus investigaciones con acceso libre, se crean más oportunidades para que los aficionados hagan descubrimientos.
«El principal obstáculo es simplemente saber lo que estás haciendo y tener la paciencia para revisar los datos durante horas antes de encontrar algo que valga la pena», agrega Deen.
Esta no es la primera vez que Ly hace un hallazgo astronómico significativo. En diciembre de 2020, ya relocalizó cuatro de las cinco lunas jovianas ‘perdidas’ utilizando imágenes de observatorios disponibles en línea. Estas lunas son tan pequeñas que los telescopios pueden verlas solo en torno a un mes cada año, cuando Júpiter está más cerca de la Tierra, por lo que es fácil perderles el rastro a medida que sus órbitas iniciales se vuelen más inexactas.