Un encuentro fortuito en el baño que cambió dos vidas: compañeras de trabajo donan sus riñones para salvar a sus respectivos maridos

Susan Ellis y Tia Wimbush, dos empleadas del hospital pediátrico Children’s Healthcare de Atlanta, en EE.UU., habían trabajado juntas durante más de una década y sabían que sus respectivos maridos necesitaban un trasplante de riñón. Sin embargo, no fue hasta que se vieron fortuitamente en un baño del hospital que tuvieron una idea que les cambiaría a la vida.

Durante ese encuentro, que se produjo el pasado otoño, se dieron cuenta de que Ellis tenía el mismo tipo de sangre que el esposo de Wimbush, mientras el tipo de sangre de Wimbush era exactamente el mismo que el del marido de Ellis.

«Pensé al instante que podríamos ayudarnos mutuamente y detener el sufrimiento de dos familias», comentó Tia Wimbush al programa ‘Good Morning America’. «Llamé a Rodney de inmediato y él y yo estuvimos comprometidos a seguir adelante».

The story we all need right now: A simple “How are you?” check-in between two caring colleagues ballooned into a chance encounter that saved two lives—and created an unbreakable bond between two families. #DonateLifepic.twitter.com/VdBbLCpmx9

— Children’s (@childrensatl) May 18, 2021

Rodney Wimbush es un profesor de secundaria al que se le diagnosticó insuficiencia renal en agosto de 2019 y fue incluido en la lista de espera de trasplante de riñón en la primavera del año siguiente. El proceso se vio ralentizado debido a la pandemia de covid-19, que en esos momentos cobraba fuerza en el país.

Por otro lado, el esposo de Susan, Lance Ellis, también sufrió una insuficiencia renal aguda en agosto de 2019, luego de que su cuerpo rechazara el riñón que años atrás le había donado su propia madre.

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Susan y Tia no tardaron en someterse a las pruebas requeridas para verificar si podían donar sus órganos a Lance y Rodney. Ambas fueron aprobadas en octubre del 2020.

«Fue un alivio saber que ambos iban a volver a tener una mejor calidad de vida», aseguró Tia Wimbush.

No obstante, el camino que les quedaba por delante aún presentaba obstáculos.

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En diciembre, Lance Ellis fue hospitalizado por complicaciones de su insuficiencia renal aguda y las parejas se vieron obligadas a posponer los trasplantes hasta enero. Sin embargo, un día antes de la cirugía, Susan Ellis dio positivo al test de covid-19, así que los planes se volvieron a cancelar.

«Fue devastador», declaró Susan. «Lance ya se encontraba en el hospital y lo estaban preparando. Tuve que pasar diez días en cuarentena en una habitación de hotel».

Finalmente, el 19 de marzo, las cirugías se llevaron a cabo con éxito. Las dos parejas se recuperaron en el mismo piso del hospital Piedmont de Atlanta, en habitaciones contiguas.

«No fue tan fácil como pensé que iba a ser, pero definitivamente lo haría de nuevo», dijo Tia Wimbush. «La sensación que tuve después de la cirugía es una que casi no puedo describir, solo la esperanza y la alegría que sentí al saber que mi riñón podría ser parte del proceso que ayudó a dos personas a tener una mejor calidad de vida, después de ver por lo que han pasado en su viaje por la enfermedad renal».

Por su parte, Rodney Wimbush asegura que ya considera a los Ellis como parte de su propia familia.

«Me preocupo más por Lance que por mí mismo», dijo. «Siempre estaré agradecido con Susan por lo que hizo».

El vínculo fraternal que se forjó entre las parejas es tan fuerte que Tia y Susan se llaman a sí mismas «hermanas de riñón».

«En el proceso, tener a alguien más con quien hablar (…) en un nivel real y transparente sobre cómo nos sentimos como esposas, como mujeres, como madres, ha sido invaluable», concluyó Tia.

Las parejas esperan que su historia inspire a más personas a convertirse en donantes de órganos en vida y que les recuerde lo importante que puede ser detenerse un momento y entablar una simple conversación.