«Un año de éxito o fracaso para el euro»: expertos advierten que el Banco Central Europeo no resolverá los problemas profundos de la deuda en la UE
Varios analistas afirmaron a Reuters y Bloomberg que el nuevo plan de reinversión de bonos anunciado este miércoles por el Banco Central Europeo (BCE) para ayudar a los Estados más endeudados de la Unión Europea es poco probable que funcione y no evitará el colapso de la eurozona.
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Los costes de endeudamiento de los países del sur del bloque se han disparado desde que el organismo informó el pasado jueves sus planes de subir los tipos de interés para controlar la alta inflación. Los expertos señalan que el BCE no aseguró a los inversores que contendría el aumento de los costes de los préstamos, avivando los temores de que estaba abandonando a las naciones más endeudadas, como Italia, España y Grecia.
Sin embargo, seis días más tarde, el banco cambió de rumbo y comunicó que destinaría a los países más endeudados dinero procedente de la deuda que vence en un plan de apoyo a la pandemia, recientemente finalizado, de 1,7 billones de euros (1,8 billones de dólares), y que trabajaría en un nuevo instrumento para evitar una divergencia excesiva en los costes de los préstamos. Esto significa que, mientras que antes del anuncio el proceso de compra de bonos del BCE por parte de los Estados se realizaba en función de la inversión de cada país, ahora se dará preferencia a los países con una deuda elevada, como Italia, cuya deuda bruta asciende a cerca del 150 % del PIB.
«Los mercados están ahora más nerviosos que antes»
En ese contexto, Holger Schmieding, economista de Berenberg Bank, sostuvo este miércoles que el banco central de la UE se limitó a corregir el error de la semana pasada. «El jueves pasado, esas palabras probablemente habrían marcado una diferencia decisiva y posiblemente duradera», dijo. «Pero tras la agitación de los últimos días, los mercados están ahora más nerviosos que antes. Por lo tanto, el BCE se enfrenta a un mayor riesgo de que los mercados pongan a prueba de nuevo la determinación del BCE en breve«, añadió.
Mientras, Olli Rehn, jefe del banco central de Finlandia, declaró que la actuación del BCE solo servirá para evitar movimientos «injustificados» del mercado y no ayudará a los países en caso de problemas profundos de deuda. «Estamos plenamente comprometidos con la prevención de la dominación fiscal, y/o de la dominación financiera», afirmó Rehn, refiriéndose a la situación en la que las consideraciones fiscales, y no las monetarias, dictan la política del banco central.
El anuncio también suscitó las críticas de quienes afirmaban que el organismo se arriesgaba a ir demasiado lejos. «El trabajo del BCE es garantizar la estabilidad de los precios, no asegurar unas condiciones de financiación favorables«, manifestó Markus Ferber, miembro conservador alemán del Parlamento Europeo. «Algunos países ahora simplemente reciben la factura de años de políticas fiscales irresponsables», agregó, señalando que «si el BCE lanza ahora otro programa para mantener los diferenciales bajos, se acerca peligrosamente a la financiación del Estado monetario».
«Un año de éxito o fracaso para el euro»
A su vez, el analista financiero Richard Cookson señaló este lunes en un artículo de opinión para Bloomberg que, mientras que el principal objetivo de un banco central es mantener la inflación baja, el regulador europeo parece tener un objetivo diferente. «El BCE se ha colocado ahora en una posición imposible. […] Durante los últimos 10 años, en lugar de tener como objetivo la inflación, la política monetaria se ha establecido con vistas a evitar que los miembros más débiles abandonen la unión monetaria. En pocas palabras, ya no es un banco central con objetivos de inflación», escribió.
El especialista señaló que en medio de la inflación creciente en la mayoría de los países de la UE, incluso la subida del tipo de interés del 0,25% anunciada recientemente, la primera en 11 años, apenas cambiaría la situación.
«El BCE podía disimular sus verdaderas intenciones cuando la inflación era baja, pero cuando la inflación es alta y va en aumento, disimular sus verdaderos objetivos se hace imposible«, afirmó. «El BCE no puede apuntar a la inflación y mantener bajos los diferenciales de los prestatarios periféricos más débiles, como Italia», dijo, y añadió que, aunque puede ser arriesgado apuntar a la inflación con subidas de tipos, «tratar de subvencionar a los prestatarios más débiles es una política aún peor«.
«El BCE no debería tener nada que ver con esto […] En última instancia, no debería ser el BCE el que decidiera quién está y quién no está en el euro», señaló, concluyendo que este año «probablemente será un año de éxito o fracaso para el euro».