Trump insultaba por teléfono a líderes extranjeros, entre ellos Angela Merkel y Theresa May, con diatribas «casi sádicas»

Las llamadas telefónicas privadas de Donald Trump revelaron que el presidente estadounidense intimidaba y degradaba a los líderes de los principales aliados de su país, reportó en la CNN el periodista Carl Bernstein, conocido por su trabajo en el escándalo Watergate, tras hablar con varias fuentes.

En particular, a la ex primera ministra británica Theresa May Trump le dijo que era débil y carecía de valor, mientras que a la canciller alemana, Angela Merkel, la llamó «estúpida» y la acusó de «estar en el bolsillo de los rusos». Según las fuentes, en sus conversaciones telefónicas Trump denigró a May y a Merkel con diatribas descritas como «casi sádicas» por una fuente, un calificativo con el que otras fuentes están de acuerdo.

Un funcionario alemán describió el comportamiento de Trump con Merkel durante las llamadas como «muy agresivo» y afirmó que en Berlín incluso se tomaron medidas especiales para garantizar que su contenido permaneciera en secreto.

Además de Merkel y May, Trump regularmente menospreciaba a otros líderes occidentales durante sus conversaciones telefónicas, entre ellos el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el primer ministro de Australia, Scott Morrison.

Por otro lado, ante el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se jactaba de su riqueza y de sus «grandes» logros como presidente, además de quejarse de la «idiotez» de sus predecesores.

Por su parte, Macron inició muchas llamadas con Trump, al que trató de convencer para que cambiara de opinión en asuntos de políticas ambientales y de seguridad. A su vez, al mandatario norteamericano le irritaban las solicitudes del presidente galo y lo sometió a reprimendas que fueron descritas por una fuente como «latigazos» verbales personalizados, especialmente mediante críticas a Macron y a su liderazgo, y como resultado a Francia y a otros países por no cumplir con los objetivos de gasto de la OTAN, así como por sus políticas liberales de inmigración o sus desequilibrios comerciales con EE.UU.

Las llamadas provocaron que varios exasesores y exintegrantes de su Administración, entre ellos John Bolton, James Mattis, John Kelly y Rex Tillerson, concluyeran que el presidente a menudo era «delirante» en su trato con líderes extranjeros, informan las fuentes.

Conversaciones con Putin y Erdogan

El jefe de Estado con el que Trump mantuvo el mayor número de conversaciones telefónicas es el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien en ocasiones telefoneaba a la Casa Blanca al menos dos veces por semana. En sus conversaciones con Erdogan, así como con el presidente ruso, Vladímir Putin, Trump sugería que tratar directamente con él sería mucho más fructífero que con las administraciones anteriores.

Las fuentes indicaron también que Trump «casi nunca se preparó de manera sustancial» para las llamadas con Putin y Erdogan. Las fuentes aseguran que, en sus conversaciones con el líder ruso, Trump hablaba sobre todo de sí mismo, jactándose de su éxito «sin precedentes» en la construcción de la economía estadounidense y criticando a sus predecesores, al parecer en busca de la aprobación del mandatario ruso. Un funcionario de alto nivel dijo que Putin «simplemente lo supera» y comparó al presidente ruso con un gran maestro de ajedrez y a Trump con un jugador ocasional de damas.

Tras la publicación del artículo, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Matthews, dijo que Trump «es un negociador de clase mundial que ha promovido constantemente los intereses de EE.UU. en el escenario mundial».