Desde el sector energético, aseguran que es posible que una de las inseguridades que frena a los usuarios a adoptar vehículos eléctricos en el país recae, entre otros motivos, en los costos de las tarifas de energía.
“Mucha gente tiene recelo de cambiarse al eléctrico por temor a que aumente su tarifa de manera sustancial”, indica Eduardo Rosero Rhea, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Energías Renovables y Eficiencia Energética (AEEREE).
Y aclara: “Sin embargo, la tarifa de recarga es bastante barata en Ecuador, si lo haces con un medidor aparte. Si lo incluyes dentro de tu carga en el sistema residencial es otra cosa”.
El país ecuatoriano cuenta con una tarifa escalonada y no plana. Es decir que, mientras más se consume, los últimos kilovatios terminan siendo más costosos.
“Si empiezas a cargar tu coche eléctrico y a partir de unos 200 kWh o 300 kWh sumas unos 400 kWh más, estos últimos serán los más caros de tu planilla. Ya no se trata de 10 centavos, sino de unos 25 centavos por kWh”, ejemplifica y luego advierte: “Quizás ahí hay algún recelo”.