Sugieren que entre Saturno y Urano pudo haber un gigante de hielo que luego escapó del Sistema Solar

Un equipo de científicos estadounidenses sugiere que es posible que el Sistema Solar haya albergado alguna vez un planeta adicional, un mundo helado ubicado entre Saturno y Urano, que habría sido arrojado hacia afuera cuando aún estaba en su infancia. El caso sería que, no obstante, su presencia habría afectado las órbitas planetarias que ahora mismo existen en el Sistema Solar.

Matthew Clement, científico planetario de la Institución Carnegie para la Ciencia, con sede en Washington, realizó con sus colegas 6.000 simulaciones de la evolución del Sistema Solar, enfocándose especialmente en la relación entre Júpiter y Saturno y en la evolución de sus órbitas.

Tras encontrar el modelo que mejor explicaba los patrones orbitales actuales, los científicos consideraron que Júpiter y Saturno comenzaron por tener órbitas ‘excéntricas’ u ovaladas. Además, dieron con las probables ubicaciones originales de los dos gigantes gaseosos. Esos nuevos hallazgos arrojan luz sobre las fuerzas que determinaron la inusual arquitectura del Sistema Solar, desde el momento en que nuestra estrella común, el Sol, se vio rodeada por un disco giratorio de gas y polvo del que nacieron los planetas.

«Ahora sabemos que hay miles de sistemas planetarios tan solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Pero resulta que la disposición de los planetas en nuestro propio Sistema Solar es muy inusual, por lo que estamos utilizando modelos para realizar una ingeniería inversa y replicar sus procesos formativos», dijo Clement, líder del estudio publicado en la revista Icarus.

Se pensaba que Júpiter, en su infancia, completaba tres órbitas alrededor del Sol por cada dos que daba Saturno. Pero el nuevo análisis ha demostrado que probablemente Júpiter solo cumplía dos giros en torno a esa estrella central por cada uno que realizaba Saturno.

Los investigadores también concluyeron que las órbitas de Urano y Neptuno, dos planetas helados y de los más alejados del Sol, fueron determinadas por una variedad de factores externos, entre ellos la influencia gravitacional del Cinturón de Kuiper, así como por la presencia de un misterioso planeta perdido, un gigante de hielo que alguna vez estuvo entre Saturno y Urano y luego fue expulsado de su órbita.

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