Sudán acusa a Etiopía de ejecutar a 8 de sus ciudadanos y lanza una ofensiva en la zona fronteriza en disputa

El Ejército sudanés ha lanzado este lunes una ofensiva militar a lo largo de la frontera de al-Fashaqa con Etiopía, después de que la supuesta ejecución de siete soldados y un civil agudizara las tensiones entre ambos países.

«El bombardeo continúa, y hemos oído que nuestras fuerzas han avanzado en al menos dos frentes, pero aún no podemos saber el número de víctimas», declaró al Middle East Eye al-Rashid Abdul Gadir, funcionario del estado sudanés de Gadaref.

Por su parte, Abdul Fattah al-Burhan, líder del Consejo Soberano de Sudán y jefe del Ejército, visitó este lunes a sus tropas en la zona fronteriza de al-Fashaga. «No tenemos mucho que decir, prácticamente les mostraremos nuestro poder y nuestra fuerte respuesta. Podemos morir hasta que todos estemos muertos, y apoyaremos a nuestros militares por todos los medios», indicó.

¿Qué reclama Sudán?

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán dijo en un comunicado este lunes que las ocho víctimas habían sido llevadas y ejecutadas en Etiopía después de ser retenidas en una zona dentro de Sudán el pasado 22 de junio.

Asimismo, el ministerio informó que iba a retirar al embajador sudanés de la capital etíope, Addis Abeba, y convocó al enviado etíope en Jartum para protestar por los asesinatos. También, se presentó una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Las muertes han provocado una escalada militar y diplomática en la que Etiopía niega haber trasladado a las víctimas a su territorio y acusa a Sudán de cooperar con el Frente de Liberación Popular de Tigray, con el que el Gobierno etíope está en guerra.

Décadas de disputas

Las relaciones entre los dos vecinos se han deteriorado en los últimos años debido a una larga disputa fronteriza por grandes extensiones de tierra agrícola en la zona de al-Fashaqa. Sudán insiste en que las tierras están dentro de sus fronteras, según un acuerdo que demarcó el límite entre sus territorios en 1902, firmado por el emperador etíope Menelik II y las autoridades coloniales británicas de Sudán.

El conflicto en esta zona fronteriza, que es reclamada tanto por Jartum como por Addis Abeba, ha permanecido en gran medida inactivo este año debido a que las autoridades de Sudán se encuentran consolidando su Gobierno tras el golpe de estado del pasado octubre, y Etiopía sigue inmersa en una brutal guerra civil.

Tras la escalada de tensiones, las dos naciones han mantenido conversaciones. La última fue en Jartum, en diciembre de 2020, para resolver la disputa sobre al-Fashaqa, pero no han avanzado. Etiopía, por su parte, afirma que Sudán aprovechó el mortífero conflicto en la región septentrional de Tigray para entrar en territorio etíope. Se le ha pedido a las tropas sudanesas que regresen a las posiciones que ocupaban antes de que estallaran los combates en Tigray en noviembre de 2020, ya que enfrentan a las fuerzas federales etíopes con los combatientes regionales.