Sarcerdote ortodoxo gritó «hereje» al papa Francisco en Atenas

Un anciano sacerdote ortodoxo gritó al papa Francisco que era un «hereje» cuando éste se disponía a entrar al arzobispado ortodoxo en Atenas y fue alejado por la policía.

«Papa, eres un hereje», gritó el anciano cuando el pontífice estaba entrando al arzobispado para realizar una visita a la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II. Inmediatamente la Policía intervino y alejó al religioso de la zona.

Il Pontefice è arrivato a far visita ad un arcivescovo ortodosso. Un sacerdote, mentre lui scendeva dall’auto ha urlato “Papa sei un eretico”. Il sacerdote è stato fermato dalla Polizia. #PopeinCypruspic.twitter.com/G9Vmy2gkBM

— Silere non possum (@silerenonpossum) December 4, 2021

Este incidente no empaña la visita de Francisco a Grecia, que se produce en un clima muy diferente respeto a la que realizó el papa Juan Pablo II en 2001 y que contó con una neta oposición de los ortodoxos más conservadores y fundamentalistas.

PIDIÓ PERDÓN A LOS ORTODOXOS

El papa Francisco, como ya hizo Juan Pablo II en su viaje en 2001, volvió hoy a pedir perdón a los ortodoxos por los errores cometidos por los católicos en el pasado durante su reunión con la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa en Grecia, Jeronimo II.

En la primera jornada de su viaje a Grecia – procedente de Chipre – el papa se entrevistó con el también arzobispo de Atenas, y la ocasión sirvió para, igual que hizo Juan Pablo II en su difícil visita al país helénico, pedir perdón, en alusión a episodios como el saqueo de Constantinopla, ocurrido en el 1204 a manos de los ejércitos venecianos.

«Con vergüenza, lo reconozco por la Iglesia católica, acciones y decisiones que tienen poco o nada que ver con Jesús y con el Evangelio, basadas más bien en la sed de ganancias y de poder, han hecho marchitar la comunión. De este modo hemos dejado que la fecundidad estuviera amenazada por las divisiones», afirmó el papa.

Los ortodoxos responsabilizan a Roma y los cruzados de ser culpables de que en1453 Constantinopla cayera en manos de los Otomanos, poniendo fin al imperio Bizantino.

«La historia tiene su peso y hoy aquí siento la necesidad de renovar la súplica de perdón a Dios y a los hermanos por los errores que han cometido tantos católicos», añadió.

Con información de EFE