Revelan un aumento constante de la contaminación por plomo tras estudiar más de 12.000 años de entierros humanos
Desde que se comenzaron a procesar metales hace unos 5.000 años, las personas han estado ingiriendo y absorbiendo sin saberlo partículas diminutas de subproductos contaminantes en sus cuerpos. Ahora, un estudio publicado esta semana en la revista Environmental Science and Technology ha comprobado que existe una relación directa entre las tasas de producción de metales y la contaminación por plomo tóxico que afecta a los seres humanos.
Un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel realizó un análisis meticuloso de los restos óseos de 132 personas de un cementerio localizado en Roma, Italia, que estuvo en uso continuo durante 12.000 años.
Descubrieron que a medida que la producción mundial de plomo comenzaba y aumentaba, también lo hacían las tasas de absorción de plomo encontradas en los cuerpos de las personas que vivían durante esos períodos de tiempo, incluso aquellos que no estaban de ninguna manera involucrados en la producción de este metal.
De hecho, los científicos sugieren que el contaminante parece haberse esparcido de tal manera por el ambiente, que solo bastaba con beber, comer o respirar para que el metal pesado se acumulara gradualmente en sus huesos y órganos.
Un efecto altamente tóxico
«Eso significa que cuanto más plomo producimos, más probabilidades hay de que la gente lo absorba en sus cuerpos. Esto tiene un efecto altamente tóxico», explica el geólogo Yigal Erels, autor principal del estudio.
A lo largo de distintos periodos de la historia, el plomo ha sido usado no solo en pinturas o tuberías, sino también en la producción de monedas o en aparatos electrónicos en nuestros días, por lo que la constante industrialización plantea preocupaciones sobre su uso adecuado.
El envenenamiento con plomo puede dañar seriamente los órganos y causar incluso la muerte, mientras que en niveles bajos con el tiempo puede derivar en problemas neurocognitivos o problemas reproductivos.
«La estrecha relación entre las tasas de producción de plomo y las concentraciones de plomo en los seres humanos en el pasado sugiere que sin una regulación adecuada continuaremos experimentando los efectos dañinos para la salud de la contaminación por metales tóxicos», advirtió Erel.