Un empleado de la biblioteca de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) quedó tan sorprendido al descubrir que alguien había utilizado una rebanada de queso como marcador de páginas, que no pudo menos que publicar su hallazgo en Twitter.

«No es un marcalibros», comentó la foto en el tuit.

La publicación recibió inmediatamente un montón de ‘me gusta’ y generó cuantiosos comentarios, en los que los internautas contaron su propia historia de tropezar con sorpresas similares en alguna biblioteca.

Estas incluían rebanadas de pan con mantequilla, embalajes de bocadillos, jamón crudo, un taco, un condón e incluso un fajo de billetes.

El empleado no precisó en qué libro encontró el queso, medio podrido ya, pero los internautas se lanzaron a hacer conjeturas al respecto.

«Tal vez estuvieron leyendo ‘Jane Gruyere'», comentaron desde una biblioteca canadiense, con referencia a «Jane Eyre», de Charlotte Brontë.

Otro usuario sugirió que la lonja de queso podría haber sido dejada dentro de «Al este del edam», parodiando así el título de una novela de John Steinbeck.

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