«Queremos que nos protejan»: Indígenas colombianos escondidos en la selva piden ayuda en medio del fuego cruzado de grupos armados (VIDEO)
Un grupo de indígenas colombianos de Bojayá (Chocó), a menos de tres horas de Bogotá, que ha tenido que refugiarse en medio de la selva para huir de los enfrentamientos de grupos armados, le ha pedido ayuda y «seguridad especial» al Gobierno colombiano a través de un video.
«Les enviamos este video para que escuchen ustedes mismos desde Nueva Jerusalén. Nosotros queremos que nos protejan», dice una voz masculina, que tiene que interrumpir su llamado tras el sonido de varias detonaciones que hacen que un grupo de mujeres, niños y hombres tenga que correr y guarecerse tras la vegetación.
Las imágenes han sido acompañadas por un comunicado de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que ha denunciado «la grave situación» que atraviesan las comunidades indígenas del Resguardo Pichicora Chicué Punto Alegre-Río Chicué, en Bojayá, debido a enfrentamientos entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), mayor grupo narcoterrorista de corte paramilitar de país, y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
#ATENCIÓN| Desde @ONIC_Colombia denunciamos la grave situación que viven las comunidades indígenas del Resguardo Pichicora Chicué Punto Alegre-Rio Chicué en Bojayá, Chocó, a causa de enfrentamientos entre las AGC y el ELN desde el 03 de abril. @luiskankui@ONUHumanRights. pic.twitter.com/88Htfv01zS
— Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC (@ONIC_Colombia) April 5, 2020
«Hacemos un llamado de emergencia a los organismos humanitarios«, recoge el documento, respaldado por la Federación de Cabildos Indígenas del Chocó, la Asociación Orewa y las autoridades indígenas de los pueblos originarios Emberá, Dobida, Katio, Chami y Guna Dule.
¿Qué ha ocurrido?
Según el texto, desde el pasado 29 de marzo ha habido enfrentamientos entre estos grupos irregulares, lo que ha causado la explosión de 10 granadas en la comunidad Nueva Jerusalén, donde habitan 193 personas.
«Colocan a la población Emberá como escudo humano en la línea de fuego cruzado violando derechos humanos y derecho internacional humanitario», se afirma en el comunicado.
Esta situación de violencia ha obligado al «confinamiento total» de las personas de la comunidad ante la prohibición de los grupos armados del desplazamiento a localidades cercana para resguardarse.
De igual manera, estos grupos indígenas han denunciado que su botes fueron inmovilizados por las partes en conflicto, por lo que deben hacer largas caminatas con sus hijos en brazos y con ancianos enfermos.
La situación se ha hecho más complicada por el desbordamiento de los ríos Pogue y Chicué, provocando que los indígenas abandonen sus casas.
Hasta el pasado 4 de abril, 72 líderes sociales fueron asesinados en lo que va de año, según datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). De este total, 15 víctimas eran integrantes de pueblos originarios.
Situación en Bojayá
A principios de este año, los habitantes de Bojayá denunciaron una incursión de 300 paramilitares el 31 de diciembre, lo que generó una fuerte ola de desplazamientos.
Ante la situación, el presidente de Colombia, Iván Duque, visitó la zona y se comprometió a aumentar la presencia militar y la inversión social en el municipio selvático.
En ese municipio del Chocó ocurrió una masacre el 2 de mayo de 2002, cuando una pipeta (cilindro bomba) fue lanzada por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en medio de un enfrentamiento, dentro de la iglesia, lo que causó la muerte de 79 personas.