Los líderes de la cumbre del G7 han llamado la atención de los usuarios de redes sociales por su foto grupal en la que mantienen distancia social.

El espacio entre los representantes y sus posiciones en la plataforma con una playa al fondo han provocado una ola de burlas entre los internautas. Muchos de ellos compararon a los políticos con muñecos de juguete fuera de su paquete.

«Muy emocionado de añadir estos a mi colección», escribió un usuario en Twitter. «Figuras de acción G7 de tamaño natural. ¡Reúnelas todas!», comentó un reportero de la BBC, Anthony Zurcher.

​Otros bromearon diciendo que la foto les recordaba a programas de televisión de las mañanas o concursos de canciones. «Parece un programa de ejercicios matutinos de TV», publicó el periodista israelí Amichai Stein.

Asimismo, compararon a los líderes con los miembros de alguna banda musical de pop o la nueva temporada de un ‘reality show’ estadounidense sobre citas y relaciones amorosas. «La temporada más rara de ‘The Bachelor'», escribió uno de los internautas.

Además, varias personas se preguntaron por qué había nueve personas en la plataforma en una foto del Grupo de los Siete.

A pesar de mantener la distancia social durante la toma, los líderes no dudaron en acercarse unos a otros detrás de las cámaras. El presidente de EE.UU., Joe Biden, abrazó a cada representante mientras caminaban para captar la imagen colectiva, mientras que otros políticos fueron vistos sentados uno junto al otro en una mesa.

De esta manera, los internautas criticaron las precauciones de seguridad por covid-19 durante la sesión de fotos. «¿Por qué un grupo de personas vacunadas se distancian socialmente unas de otras? Esto no es más que teatro en este momento», apuntó David Hookstead, editor de Daily Caller.

Por su parte, el mandatario estadounidense compartió la fotografía con integrantes del G7 junto con el mensaje «La diplomacia volvió», en referencia a las acciones y desacuerdos provocados por Donald Trump durante su Administración. En 2017, el expresidente de EE.UU. se negó a firmar la declaración sobre el clima y en 2018, amenazó con una guerra comercial y aranceles.

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