Por qué Argentina endurece el ‘cepo al dólar’ y cómo afecta a los ahorristas
El Gobierno de Alberto Fernández implementó nuevas limitaciones para la compra de dólares en Argentina, una práctica muy habitual entre ahorristas de clase media que intentan preservar parte de sus ingresos ante los elevados índices de inflación del país sudamericano.
Así, al denominado impuesto PAIS, que representa un 30 % sobre el valor oficial, desde el 16 de septiembre se le suma un tributo extra del 35 %. Esto significa que, si la moneda norteamericana cotiza a 79,25 pesos, los argentinos tendrían que gastar cerca de 130 para adquirir cada dólar.
Igualmente, las personas que no sean alcanzadas por el impuesto a las Ganancias y Bienes Personales –aplicado a sectores de mayores ingresos–, tienen la posibilidad de reclamar la devolución de ese 35 %, que podría ser reintegrado por la Administración Fiscal de Ingresos Públicos (AFIP) recién a fin de año.
Por otro lado, se mantiene el tope de compra en 200 dólares mensuales. De todos modos, en este cálculo ahora también se incluyen los gastos que se realicen con tarjetas. Es decir, si un ciudadano que supera ese límite gasta otros 50 en compras o servicios del exterior, al mes siguiente solo podrá obtener 150 dólares para ahorrar.
La explicación
La medida de la administración peronista se produce en un momento en que el Banco Central tiene pocas reservas en divisa extranjera, mientras Argentina afronta grandes compromisos financieros en el exterior. Es que, solo en julio, 3,9 millones de personas usaron su compra mensual de 200 dólares, lo que significó una pérdida de 740 millones para la entidad nacional. Por ese entonces, las reservas eran de unos 43.000 millones de dólares.
Así, esta nueva disposición tiene como objetivo «desalentar la demanda de moneda extranjera que realizan las personas humanas con fines de atesoramiento y gastos con tarjeta», comunicó el martes el Banco Central. También se busca dar confianza a los acreedores, y «sentar los lineamientos para una renegociación de la deuda privada externa compatible con el normal funcionamiento del mercado de cambios». Es decir, que haya fondos disponibles para pagar deudas.
Y, pensando en el mercado laboral, se pretende «priorizar a las pequeñas y medianas empresas en la asignación de créditos para la prefinanciación de exportaciones», todo ello enmarcado en las «medidas que garantizan divisas para la recuperación económica».
Una mañana repleta de incertidumbre
Con ese marco, las plataformas en línea del mercado de cambios que ofrecen los bancos están paralizadas desde la mañana del miércoles, mientras se adapta el sistema a las nuevas políticas. A su vez, el sitio del Banco Nación, muy usado para conocer la cotización oficial del dólar, tampoco funciona.
Por lo pronto, la gran pregunta que se hacen los argentinos es cuánto va a aumentar el denominado ‘dólar blue’, como se le suele llamar al dólar vendido de forma ilegal. En efecto, al aumentar las restricciones en la compra regular, suele crecer la demanda en el mercado negro. RT pudo constatar que en este segmento el dólar se vende a 140 pesos, por ahora.
Sobre el rubro bursátil, importantes compañías argentinas reflejaban pérdidas en la apertura del 16 de septiembre en Nueva York, que oscilaban entre un 2,3 %, en el caso de la petrolera YPF, y 4 %, sobre el banco Supervielle. De todos modos, la jornada previa había registrado subas de hasta el 7 %.
En líneas generales, los índices financieros de Argentina venían mejorando en los últimos días, luego de que el Gobierno de Fernández acordara la restructuración de su deuda externa con bonistas particulares.
Así, el Riesgo País calculado por JP Morgan bajó de 2.147 puntos a 1.101 el 10 de septiembre, reflejando mayor confianza en el país sudamericano, que todavía afronta una grave crisis económica. En la última jornada, este índice que mide los riesgos para comprar títulos de una nación, se elevó levemente por 51 unidades, ubicándose en los 1.169 puntos.
Con ese contexto, la nación latinoamericana todavía debe afrontar su deuda contraída por el Gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por casi 45.000 millones de dólares y, puertas adentro, reactivar una economía donde, antes de la pandemia, una de cada tres personas ya era pobre.
Leandro Lutzky
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