Un australiano al que le falta una pierna decidió fabricar su propia prótesis luego de no poder encontrar una que le resultara cómoda. Incluso abrió su propia tienda, donde permite a los clientes personalizar las prótesis con dibujos y todo tipo de diseños, de acuerdo con ABC Australia.

Neil Greening perdió su extremidad en 1982 como resultado de un accidente en motocicleta. Desde entonces, además del deterioro de salud mental que sufrió por lo sucedido —recurrió a las drogas y el alcohol—, duró muchos años frustrado por no encontrar una pierna ortopédica adecuada. «Era imposible encontrar algo cómodo. Todo parecía una reliquia de la Segunda Guerra Mundial. La industria no había avanzado en absoluto. Fue simplemente terrible», relató al medio.

Casi 20 años después, luego de ver las prótesis que usaban los atletas con su misma discapacidad en los Juegos Paraolímpicos de Sídney 2000, este mecánico de profesión decidió crear una a su medida. Su primer diseño era de madera cuero y hojalata, le tomó tres días hacerlo y le costó 93 dólares australianos (66 dólares estadounidenses). «Me dio la oportunidad de poder correr por primera vez», afirma.

Greening entendió que no solo era capaz de fabricar piernas, sino que podía «mejorar la calidad de vida de las personas», y fue entonces cuando abrió su propio negocio de prótesis a medida. Asegura que el único propósito de sus productos es ofrecer comodidad. Además de que ahora sus modelos cuentan con microprocesadores —que mejoran la estabilidad y cambian el ángulo del pie para adaptarse al terreno— los clientes pueden darles su propio estilo estampando el motivo que deseen en la superficie de la pierna.

Según la Asociación Australiana de Prótesis Ortopédicas, en el país viven más de 20.000 personas con amputaciones.

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