Wilson, de 24 años, vive en el condado rural de Trinity, a unas cuatro horas al noroeste de Sacramento. El lunes manejó al río Trinity cerca de la zona no incorporada de Big Bar, para dar un paseo con Eva, su pastor belga de 2 años y medio.

Wilson caminaba por un sendero con Eva, que iba unos metros más adelante, cuando un puma se abalanzó sobre ella y le arrojó un zarpazo que atravesó su chamarra, rasguñándole el hombro izquierdo, contó.

“Grité: ‘¡Eva!’ y vino corriendo”, dijo Wilson. “Y fue sobre ese gato con todo”.

La perra pesa unos 25 kilogramos (55 libras) y se vio superada por el puma, pero nunca dejó de pelear.

“Lucharon por un par de segundos y luego escuché que empezó a llorar”, comentó Wilson.

El puma le mordió la cabeza a la perra y no la soltaba, incluso después de que Wilson atacó al animal con rocas, palos y sus puños, tratando de asfixiar al felino y picarle los ojos.

El puma trató de alejarla, arañándola con sus patas traseras. Wilson dijo que corrió de regreso a su camioneta, tomó la llave para cambiar neumáticos y le marcó la parada a un automóvil que pasaba por el lugar.

La conductora, Sharon Houston, comentó al Bee que tomó un largo tubo de PVC y un gas pimienta. Las dos mujeres empezaron a golpear al puma, que había arrastrado al perro fuera del sendero.

Houston finalmente le roció gas pimienta al puma, que huyó del lugar, comentó.

Wilson fue atendida por rasguños y contusiones que no ponen en peligro su vida.

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El marido de Wilson, Connor Kenny, dijo a SFGATE que Eva sufrió dos fracturas de cráneo, una perforación en la cavidad sinusal y graves daños en su ojo izquierdo. La perra tuvo convulsiones de camino al veterinario, pero se estabilizó durante la noche.

“Tenemos la esperanza de que saldrá adelante”, escribió Kenny. “Está claro que es una luchadora”.