«No hay evidencias de abusos en absoluto»: Llamadas de periodistas extranjeros y agentes de seguridad de Ucrania revelan lo que ocurre cerca de Bucha

Los periodistas occidentales y los agentes de seguridad ucranianos, que fueron a buscar signos de atrocidades cometidas por militares rusos al noroeste de la ciudad de Bucha, ubicada en la región de Kiev, no encontraron evidencias de violaciones de los derechos humanos, según grabaciones de conversaciones telefónicas obtenidas por RT.

Esta semana, la fiscal general de Ucrania, Irina Venedíktova, acusó a los militares rusos de llevar a cabo ejecuciones de civiles ucranianos y cometer «crímenes de guerra y de lesa humanidad» en Bucha y otras localidades cercanas, como Borodianka.

«No hay ningún cadáver en las calles«

En una llamada telefónica por satélite, un reportero, identificado solo como ‘Simon’, comunicó a sus colegas que visitó Borodianka, ubicada a unos 25 kilómetros al noroeste de Bucha. El periodista señaló que, aunque la localidad «fue bombardeada por completo, no hay fachadas», «no hay ningún cadáver en las calles».

«Acabo de hablar con el forense de la Policía y no ha visto ninguno. Piensan que probablemente haya gente bajo los escombros, habrán fallecido durante el bombardeo. Pero no hay evidencias de abusos en absoluto», afirmó. Añadió que un periodista francés puede haber visto un cuerpo de alguien muerto por bombardeo, pero «ninguna ejecución«.

Asimismo, el periodista señaló que varias ancianas con las que habló, le aseguraron que «los militares rusos fueron muy amables con ellas y les dieron provisiones, comida y cosas así». «Por eso no sé de qué hablaba la fiscal. Nosotros no vimos nada de eso», dijo, y terminó la llamada informando que iba a volver a Bucha, para «intentar encontrar más pruebas de ejecuciones extrajudiciales allí, pero no hay ninguna señal de eso aquí».

«Fueron los ucranianos los que entraron y lo saquearon todo»

Mientras, otra llamada interceptada, entre dos oficiales del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), reveló la situación en Kújari, una localidad a unos 60 kilómetros al noroeste de Bucha.

«Desde el 24 de marzo hasta el 3 de abril, después de expulsar a los ‘orcos’ [los militares rusos] de aquí, los nuestros, los que los expulsaron, siguieron adelante y hasta aquí llegaron las unidades de defensa territorial de Malin», declaró un oficial del SBU durante su conversación con alguien llamado ‘Lesogor’. Malin es una ciudad al suroeste de Kújari, que está bajo control del Ejército ucraniano.

El hombre afirmó que los militares ucranianos «estuvieron saqueando todo ese tiempo». «Saquearon todo lo que pudieron. Rompieron las puertas, lo rompieron todo. Abrieron cajas fuertes, se llevaron los automóviles. […] Llenaron los coches con todas las cosas de valor que hallaron y se lo llevaron todo», explicó, subrayando que los soldados rusos «no tomaron nada». «Fueron los nuestros los que entraron y lo saquearon todo. Aquí ya no había nada, no se combatía, no hay edificios», añadió.

  • La noche del pasado sábado, fueron difundidas varias imágenes de cuerpos tendidos en las calles de Bucha, algunos con las manos atadas. El asesor de la oficina del presidente de Ucrania, Mijaíl Podoliak, declaró que los civiles «estaban desarmados», «no representaban ninguna amenaza» y «fueron matados a tiros por los soldados rusos»
  • Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia tachó de «provocación» las imágenes y denunció que se trata de una «escenificación» creada «para los medios de comunicación occidentales». Desde el Ministerio destacaron que, mientras Bucha estaba bajo el control de los militares rusos, los residentes locales no sufrieron ningún tipo de violencia
  • Reiteraron que todas las unidades rusas se retiraron completamente de Bucha el 30 de marzo y, al día siguiente, el propio alcalde de la localidad, Anatoli Fedoruk, no solo confirmó en un mensaje por video que en la urbe no quedaban militares rusos, sino que «ni siquiera hizo mención alguna sobre residentes locales con las manos atadas, fusilados en las calles». Además, todas las «pruebas de los crímenes» en Bucha no surgieron hasta 4 días después