Muestras de ADN reescriben la historia antigua de Japón: la población actual tiene un triple origen genético
El pueblo japonés tiene un origen genético tripartito, según afirma un estudio publicado el pasado viernes en la revista Science Advances.
Previamente, se creía que los habitantes actuales del archipiélago proceden de una mezcla de dos grandes componentes genéticos: uno, asociado con los cazadores-recolectores de la cultura Jomon, de hace unos 16.500-2.300 años; y otro, de los agricultores neolíticos de la cultura Yayoi, que existía entre los siglos X a.C y III d.C. De ellas, la primera está genéticamente relacionada a los ainus, indígenas que se conservan en el norte de Japón, y la segunda, con las poblaciones de la China continental y la península coreana.
Sin embargo, el análisis de 12 genomas secuenciados de personas que habitaron el archipiélago antes y después de la llegada de la agricultura mostró que hubo un tercer flujo masivo de material génico. Se data del período Kofun, entre los siglos IV-VIII d.C., caracterizado por la centralización política en Japón.
«Los investigadores han estado aprendiendo cada vez más sobre las culturas de los períodos Jomon, Yayoi y Kofun a medida que aparecen más y más artefactos antiguos, pero antes de nuestra investigación sabíamos relativamente poco sobre los orígenes genéticos y el impacto de la transición agrícola y posterior fase de formación del estado», comunicó el autor principal del estudio, Shigeki Nakagome, del Trinity College (Dublín, Irlanda).
«Ahora sabemos que los ancestros derivados de cada una de las fases […] hicieron una contribución significativa a la formación de las poblaciones japonesas de hoy. En resumen, tenemos un modelo tripartito completamente nuevo de orígenes genómicos japoneses, en lugar del modelo de ascendencia dual que se ha mantenido durante un tiempo significativo», señala el investigador.
Al igual que los inmigrantes del período Yayoi, los de Kofun llegaron de Asia Oriental, aunque en una ola migratoria separada. «Estos hallazgos genéticos están respaldados por la evidencia arqueológica y los registros históricos, que documentan la llegada de una nueva gente del continente durante el período», resaltan.
Otro resultado significante del estudio consiste en que la propagación de la agricultura aparentemente no conllevó el exterminio de los cazadores y recolectores, como habría sido en el caso de Europa. Así, el análisis mostró que el proceso supuso una asimilación de los representantes de Jomon y Yayoi, resultando en contribuciones genéticas casi iguales de ambas poblaciones.