Ministros franceses se quitan la corbata y visten ropa de invierno para promover el ahorro energético
Miembros del Gobierno francés están tratando de promover el ahorro de energía ante la llegada de invierno, vistiendo ropa abrigada en el interior de sus oficinas y reemplazando la corbata por jerséis de cuello alto.
En los últimos días, la primera ministra del país, Élisabeth Borne, fue vista llevando una chaqueta de plumas durante los eventos y reuniones oficiales. En las fotos publicadas en su cuenta de Twitter, Borne aparece vistiendo un abrigo cerrado con cremallera, mientras que el resto de los funcionarios llevan trajes normales.
Pour répondre aux défis du pays, je veux bâtir un nouveau partenariat entre l’Etat et les grandes villes. Transition écologique, plein emploi et cohésion des territoires, c’est par le travail commun entre le Gouvernement et @France_urbaine que nous avancerons. pic.twitter.com/DHHNKNKBKG
— Élisabeth BORNE (@Elisabeth_Borne) September 27, 2022
La ministra de Transición Energética del país europeo, Agnes Pannier-Runacher, fue un paso más allá al aparecer en un evento, junto a la primera ministra, vistiendo un suéter con cuello de tortuga y una ligera chaqueta acolchada.
La décennie 2020 sera celle du retour de l’industrie. En prenant le tournant de l’hydrogène décarboné, la France fait le choix d’une énergie compétitive, durable et souveraine. Elle fait aussi le choix de l’emploi et de l’économie décarbonée. ↴ pic.twitter.com/5TgwThhPpj
— Élisabeth BORNE (@Elisabeth_Borne) September 28, 2022
Por su parte, el ministro galo de Finanzas, Bruno Le Maire, optó por prescindir de la corbata. «Ya no me verán con corbata, sino con cuello de tortuga», dijo, e indicó que esto «permitirá ahorrar energía, mostrar sobriedad».
Sin embargo, estos gestos han sido fuertemente criticados por la oposición y expertos. «¿No tienen suficiente calefacción? Que se pongan la cachemira», tuiteó en nombre de Le Maire la líder ultraderechista Marine Le Pen, llamándolo sarcásticamente «Marie-Antoinette Le Maire».
Entretanto, el economista Thomas Porcher señaló a France Inter que no espera que «un ministro de Finanzas de la sexta o séptima economía del mundo le diga que se ponga un polo». «Eso es para que lo haga mi madre o mi abuela», expresó, y razonó que el problema principal era cómo Francia había organizado su sector energético.