Malí se retira del G5 del Sahel y de sus fuerzas antiyihadistas, y declaran la «muerte» del bloque: ¿qué pasó?
Malí anunció el pasado domingo su retirada del G5 del Sahel —bloque que incluye también a Níger, Chad, Burkina Faso y Mauritania— y de sus fuerzas militares conjuntas, culpando a la falta de progreso en la lucha contra los grupos armados y la ausencia de reuniones de esta coalición en el país, según informó el portal Africa News.
«El Gobierno de Malí ha decidido retirarse de todos los organismos y estructuras del G5 del Sahel, incluidas las fuerzas conjuntas» que luchan contra los yihadistas, se detalla en un comunicado de Bamako citado por el portal. Se informa que las autoridades malienses tomaron esta decisión debido al incumplimiento de los acuerdos, tras la suspensión de la cumbre en la que el país iba a asumir la presidencia rotatoria del grupo.
La presidencia maliense tenía que comenzar el 15 de febrero en Bamako durante la reunión de jefes de Estado de los países miembros del G5 del Sahel. Sin embargo, casi cuatro meses después esa reunión «aún no se ha producido», según el comunicado.
Bamako también indicó que la oposición de algunos Estados del G5 del Sahel a la presidencia maliense está «relacionada con las maniobras de un Estado ajeno a la región que busca desesperadamente aislar a Malí».
Además, el Gobierno maliense anunció este lunes que la semana pasada en el país hubo un intento de golpe de Estado. Según un comunicado del Gabinete, la acción fue emprendida por «un grupúsculo de oficiales y suboficiales malienses antiprogresistas […] apoyados por un Estado occidental».
Al mismo tiempo, las relaciones diplomáticas de Malí con sus aliados occidentales también se han deteriorado. Las relaciones entre la antigua potencia colonial, Francia, y el país africano no han dejado de deteriorarse desde 2020, especialmente desde el golpe de Estado en mayo de 2021. Recientemente el Gobierno maliense ordenó la retirada de las tropas francesas de su territorio, lo que provocó la condena de París.
«El G5 del Sahel está muerto»
Por su parte, el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, afirmó que la retirada de Malí del G5 del Sahel marcaría el fin de la alianza, y añadió que el aislamiento de Malí estaba socavando la lucha contra los rebeldes. «El G5 del Sahel está muerto. Desde el segundo golpe de Estado en Malí, Bamako ha huido, aislándose y privándonos de una estrategia coherente y coordinada de lucha contra el terrorismo», dijo en conversación con La Croix.
Según Bazoum, la parte de las ‘Tres Zonas Fronterizas’, el punto en la región del Sahel donde se cruzan las fronteras de Burkina Faso, Malí y Níger, que Bamako debe proteger, ha sido tomada por militantes del Estado Islámico, ya que las autoridades dejaron de enviar tropas allí.
Por su parte, desde la ONU también han criticado la salida de Malí de este grupo y de sus fuerzas militares, que fueron creadas en 2017 para enfrentarse «directamente» al terrorismo.
Dos golpes de Estado y sus consecuencias
Los militares llegaron al poder en Malí en agosto de 2020 para tomar el control del país y combatir la violencia que desde 2012 azota este Estado africano con atentados de terroristas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico. En la última década, la violencia ha sido una de las estampas del país a causa de las acciones armadas de diversas milicias y bandidos.
El segundo golpe tuvo lugar en agosto de 2021, cuando Assimi Goita, un militar de alto rango que había ayudado a derrocar al anterior presidente maliense, Ibrahim Boubacar Keita, llegó al poder y juró como presidente de transición. Los hechos fueron condenados por organizaciones internacionales y autoridades regionales, así como por Francia y Estados Unidos, que amenazaron con sanciones.
La retirada del país del G5 del Sahel profundiza su aislamiento después de que los países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) decidieran cerrar sus fronteras terrestres y aéreas con Malí, además de suspender la ayuda financiera y todas las transacciones comerciales y financieras con esa nación. Explicaron que adoptaron tales medidas después que las autoridades de Malí establecieran una nueva fecha límite para las elecciones presidenciales, que debían celebrarse en febrero de 2022, para situarlas en 2026.