‘Luchas intestinas’ en la Edad Media: revelan que una abadía inglesa tenía un inodoro «última generación» de 40 plazas
Rodeada de pintorescos paisajes, la abadía de Muchelney, en el condado de Somerset (Reino Unido), evoca en el visitante al recogimiento espiritual que encerraron sus muros durante siglos. Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo por la organización benéfica English Heritage, ha sacado a la luz un detalle bastante más ‘terrenal’ sobre este antiguo edificio, ya que poseía un bloque que hizo las veces de «inodoro de última generación» para decenas de monjes aquejados constantes dolores de estómago.
Los monjes de la Abadía de Muchelney seguían la regla benedictina o de san Benito, que, entre otras cosas,prohibía comer carne de animales de cuatro patas en el refectorio, recuerdan los investigadores. Sin embargo, a partir del siglo XIV comenzaron a producirse cambios a raíz de una relajación de la ley papal del año 1336 que permitió a los monjes consumir carne dos veces por semana, siempre que lo hicieran fuera del refectorio. El mayor consumo de carne, sumado al hecho de que los monjes no seguían una dieta demasiado equilibrada y alta en calorías, hizo que se desatara toda una ‘epidemia’ de diarrea, estreñimiento y flatulencias.
Todo esto influyó en la propia arquitectura y en organización de la abadía. De hecho, las áreas para comer y cocinar tuvieron que ser remodeladas para cumplir con las nuevas reglas sobre el consumo de carne.
Los investigadores creen que una gran sala junto al refectorio principal, que antes se creía que era una antesala, fue en realidad un refectorio dedicado exclusivamente al consumo de carne.
Por otro lado, la gran cocina de la abadía también se dividió en dos partes: una donde se preparaba la carne y otra donde se preparaba el resto de la comida.
Los monjes, por suerte, contaban con un bloque de inodoros «de última generación», que había sido construido en el siglo XIII y que podía acomodar hasta 40 personas al mismo tiempo, separados por tabiques de madera. Los excrementos iban a parar al piso de abajo, donde había una desagüe accesible que podía ser limpiado a mano. Esta estructura de dos pisos, que permanece casi intacta a día de hoy, es considerada, probablemente, como la letrina monástica medieval mejor conservada de Europa.
«Las necesidades de la naturaleza eran una preocupación siempre presente para los monjes medievales; no es una coincidencia que la abadía de Muchelney tenga los restos de un hermoso bloque de inodoro medieval», explica Michael Carter, historiador del English Heritage, que recuerda cómo la dieta de aquel entonces era «causa constante de problemas digestivos».
En las anotaciones al breviario de la abadía del siglo XIV, Carter descubrió que un alimento básico de la dieta de los monjes era una combinación de pan blanco bien fermentado o de masa madre y cerveza aromatizadacon hierbas y anguilas. La carne era abundante e incluía cordero, ternera, cerdo, venado, liebre y conejo.
En los archivos históricos, Carter también halló una receta de laxantes que consistía en varios extractos de frutas. Este y otros remedios para la diarrea y el estreñimiento reflejan la prevalencia de los problemas estomacales en la abadía.
«Muchelney proporciona una evidencia fascinante de cómo los edificios de los monasterios fueron remodelados para servir a la cambiante vida diaria de los monjes», sostiene Carter. Y concluye: «la evidencia realmente llega a los fundamentos de la vida monástica en la Edad Media».