Los primeros humanos podrían haber habitado América del Norte 20.000 años antes de lo que se creía, según nuevas evidencias halladas en México
Establecer la cronología del Nuevo Mundo y determinar cuándo exactamente los humanos llegaron a poblar esas tierras es una tarea que los científicos llevan años tratando de resolver, pero un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Latin American Antiquity, ha aportado más datos que podrían considerarse como una potencial evidencia de la presencia humana en el continente hace 33.448 años, casi 20.000 años antes de lo que se pensaba.
El equipo de investigadores de EE.UU. y México analizó 17 huesos de liebres, conejos y ciervos, que actualmente forman parte de la colección del Laboratorio de Arqueozoología en la Ciudad de México y fueron recuperados durante las excavaciones originales de la década de 1960 en la cueva Coxcatlán, situada en el valle de Tehuacán, al sur del estado mexicano de Puebla.
De ellos, solo 14 muestras tenían suficiente colágeno como para poder analizarlas mediante la espectrometría de masas con aceleradores (AMS, por sus siglas en inglés) y, asimismo, los científicos pudieron presentar 14 nuevas edades de radiocarbono por AMS, algunas de ellas «sorprendentemente antiguas».
Mientras que los huesos de las zonas de las fases El Riego, Coxcatlán y Abejas de aquella cueva mostraron edades similares a estudios previos, la antigüedad de los huesos de la base de la cueva, correspondiente a la fase Ajuereado, osciló entre 33.448 y 28.279 años, una época anterior al Último Máximo Glacial.
«Debido a que estas edades tempranas son miles de años más antiguas que las estimaciones de los modelos actuales para el poblamiento de América, se requieren reevaluaciones de los artefactos y ecofactos excavados en estas zonas tempranas», concluyeron los científicos.
Huesos de animales en la cueva, ¿fruto de actividad humana?
Hasta ahora, entre la comunidad científica ha persistido la popular teoría de que los primeros humanos llegaron a las Américas cruzando el puente de Beringia hace unos 13.000 años, y la pregunta clave es si la antigua edad de los huesos de los animales hallados en la cueva Coxcatlán de verdad puede evidenciar una presencia humana tan temprana en el lugar.
Para responder a esta pregunta, el autor principal del estudio, Andrew Somerville, de la Universidad Estatal de Iowa, planea examinar con sus colegas más de cerca las muestras estudiadas en busca de marcas de corte que indiquen que los huesos fueron descuartizados por una herramienta de piedra o por un ser humano.
Durante los análisis posteriores los investigadores también van a buscar alternancias térmicas, en un intento de determinar si los huesos fueron hervidos o asados al fuego. Además, Sommerville sostiene que las posibles herramientas de piedra encontradas en la cueva también podrían aportar pistas.
«Determinar si los artefactos de piedra fueron producto de la fabricación humana o simplemente fueron piedras astilladas de forma natural sería una forma de llegar al fondo de esto», señaló el investigador en un comunicado difundido el 1 de junio. «Si podemos encontrar pruebas sólidas de que los humanos efectivamente fabricaron y utilizaron estas herramientas, esa es otra forma de avanzar», agregó.