Los incendios se ensañan en junio con la Amazonía con las cifras más altas registradas en los últimos 14 años

Los incendios volvieron a ensañarse este mes de junio con la Amazonía. Se registraron 2.308 focos de incendios, el mayor número de los últimos 14 años en este periodo, según divulgó este jueves el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).

El año pasado, ya hubo un récord histórico al alcanzar los 2.248 incendios en junio, pero este año esta cifra incluso aumentó un 2,6 %. Unos datos que arrojan pesimismo, ya que los incendios suelen empeorar entre agosto y septiembre con la intensificación de la temporada seca.

Para Rômulo Batista, portavoz de la campaña Amazonía de Greenpeace Brasil, los resultados no son una sorpresa porque se sigue aplicando la misma «política antiambiental y se insiste en utilizar una herramienta costosa con el envío de tropas militares, que ha resultado ineficaz en los últimos dos años».

Esta semana, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ordenó el despliegue de una operación militar en la Amazonía para combatir y prevenir los delitos ambientales, a pesar de que el año pasado la medida no evitó que aumentara la destrucción de los bosques.

Batista recuerda que mientras se llevan a cabo estos despliegues de soldados, se tramitan en el Congreso varios proyectos de ley que buscan flexibilizar la regularización de tierras ilegalmente ocupadas y podrían aumentar la devastación de la mayor selva tropical del planeta.

Incluso grandes supermercados y productores alimentarios británicos y europeos amenazaron en mayo con boicotear los productos brasileños si esos textos continúan adelante.

«Atacados por todos los lados»

«Estamos viviendo un momento muy triste para la floresta y sus pueblos. Están siendo atacados por todos los lados, ya sea por deforestadores, usurpadores de tierras, madereros y mineros que avanzan hacia la floresta o los territorios por medio del Congreso o del Poder Ejecutivo, que no solo no luchan contra estos delitos y daños ambientales, sino que los alientan, ya sea por sus actos o por sus omisiones», lamenta.

El Gobierno suspendió también esta semana por 120 días el uso de fuego en todo el territorio nacional debido al inicio de la época de sequía, que facilita las condiciones a la industria maderera y ganadera para talar árboles para comercializar la madera y liberar nuevos terrenos con el fin de explotarlos como pastos de ganado y tierras de cultivo.

Greenpeace considera que esta medida gubernamental tampoco es suficiente, ya que el año pasado se publicó el mismo decreto y los focos de incendios fueron un 15 % mayores que los registrados en 2019.

Las organizaciones medioambientales atribuyen el aumento de la deforestación y de los incendios a las políticas incentivadas por el presidente Jair Bolsonaro, que apuesta por la expansión de las actividades económicas en la región, en especial las agropecuarias.

La semana pasada dimitió el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, investigado por unas acusaciones que lo vinculan a un supuesto plan de tala y contrabando ilegal de madera en la Amazonía que se enviaba a Europa y EE.UU.

En 2019, cuando estaba en el cargo, la Amazonía sufrió más de 74.000 incendios forestales, una catástrofe que provocó una grave crisis internacional. Salles fue sustituido por Joaquim Alvaro Pereira Leite, exconsejero de la Sociedad Rural Brasileña (SRB), pero los expertos no auguran muchos cambios con el nuevo ministro.