Los depósitos en divisa extranjera mantenidos por los bancos chinos han aumentado en más de 250.000 millones de dólares en un año, hasta el pasado mes de mayo, superando por primera vez el billón de dólares, lo que otorga mayor libertad a la salida de capitales del país.

Esta circunstancia deriva de la creciente demanda de mercancías chinas en medio de la pandemia de covid-19, que impulsó las ganancias de exportadores, mientras que la economía flexible y la apreciación de la moneda indujo a los inversores a vender dólares a favor del yuan para comprar las acciones y bonos chinos.

«Las fuertes entradas de capital ofrecen una buena ventana para que China lleve a cabo reformas de las cuentas de capital y relaje los flujos de capital bidireccionales», declaró a Bloomberg Linan Liu, macroestratega en Deutsche Bank en Hong Kong. «Espero una mayor relajación de las salidas de capital a través de esquemas de inversión», pronosticó.

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Los prestamistas comerciales chinos registraron un récord de 1,38 billones en divisas para finales de mayo, la mayor parte mantenida en depósitos, según datos del Banco Popular Chino. Los bancos usaron este volumen principalmente para otorgar préstamos dentro y fuera del país. Las reservas internacionales del Banco Popular también alcanzaron el máximo quinquenal el mes pasado.

Las entradas de capital han hecho caer las tasas de los depósitos en la moneda estadounidense en China a casi el mínimo histórico. El banco central ya está tomando medidas para reducir la liquidez en dólares, relajando el control sobre el capital, entre otras medidas. El regulador ha elevado las cuotas sobre la compra de activos extranjeros por inversores hasta un nuevo máximo en junio, y se espera que establezca un lazo comercial para productos de lujo entre el continente y Hong Kong.

Según George Magnus, investigador asociado del Centro de China de la Universidad de Oxford, algunos funcionarios «pueden ver la liquidez de divisas como motivo de orgullo de China, y algunos pueden preocuparse de que el aumento sea voluble«. Según él, «está bien cuando los flujos van entrando, pero es un gran problema para la estabilidad financiera cuando intentan ir en otra dirección».

Magnus cree que el aumento de los depósitos en dólares es «aleatorio y, probablemente, temporal» y que se ralentizará cuando otros países se recuperen de la crisis del coronavirus.

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