Los asesinos de la pareja colombiana de ambientalistas revelan sus motivaciones y los detalles del crimen
Los acusados del asesinato de Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve, una pareja de activistas ambientales colombianos en plena luna de miel, han revelado ante la Fiscalía cómo cometieron el crimen y con qué propósito. Según las declaraciones que vertieron ante la Justicia colombiana, el móvil del crimen habría sido el robo del automóvil en el que viajaba la pareja, para su posterior venta.
Al parecer, Giovanni Abelardo Ortiz Calderón; Jaider Lozano Jaramillo, alias El Negro; Luis Rodríguez Tovar, conocido como ‘Luchito’; y Andrés Felipe García Socarrás, al que llamaban ‘Pipe Bareta’, se habrían reunido en el sector de El Manglar, de la vereda Buritaca (en Santa Marta, departamento de Magdalena), para planear el asalto. La idea del grupo era hacerse con un vehículo para venderlo después por unos 5 millones de pesos (unos 1.500 dólares estadounidenses) en la vecina localidad de La Guajira.
La declaración de Ortiz –el primero en entregarse a la Policía tras el asesinato–, recogida en exclusiva por el diario El Heraldo, constituye un relato sobre el procedimiento de los acusados y la deriva de los hechos.
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— EL HERALDO (@elheraldoco) December 31, 2019
El viernes 20 de diciembre a primera hora de la tarde, según esta confesión, los cuatro imputados se hallarían ya reunidos en el Manglar. «Pipe sacó un revólver y me lo dio a mí, yo se lo doy al Negro y nos dice que solo hay cuatro pastillas [balas]», relató Ortiz.
Su testimonio prosigue explicando que de allí se desplazarían hasta Buritaca a buscar a otro implicado al que llamaban el ‘Veneco’ y que estaba dispuesto a participar en el atraco. Sin embargo, no lo encontraron, y optaron por dirigirse a un sector conocido como ‘El Mirador’, un paraje apartado y frecuentado por turistas, que suelen sacarse fotografías con el mar Caribe de fondo, especialmente al atardecer.
«Nos bajamos de la moto y nos metimos en el lado derecho del monte. El Negro llamó al Veneco y le dijo que lo iban a recoger; luego llamó a un mototaxista para que lo llevara al mirador», detalló Ortiz.
Sobre las 5 de la tarde apareció por allí la camioneta Ford en la que viajaban Rodrigo y Nathalia. El ‘Veneco’ ya se encontraba en el lugar. «La pareja estaba tomándose fotos con la espalda hacia la carretera y mirando el mar –prosigue confesando Ortiz–. Yo saco el revólver y les digo ‘quietos’. El muchacho intenta correr, pero El Negro lo agarró por el cuello y lo subió al carro».
«La cuestión es matarlos»
El acusado indica que, acto seguido, ‘Veneco’ y él forzaron a la mujer a entrar en el coche. «Cogimos de vuelta hacia Buritaca, y mientras ‘El Negro’ conducía, ‘Veneco’ sacó una cabuya amarilla y les amarró las manos a las víctimas», dijo.
Según el relato de Ortiz, tras 15 o 20 minutos de conducción, los asaltantes bajaron a los ambientalistas del vehículo. «La cuestión es matarlos», sugiere entonces ‘El Negro’, algo con lo que el ‘Veneco’ se muestra de acuerdo, «porque nos vieron el rostro«.
El escrito de la Fiscalía, que se basa en el relato autoinculpatorio de Ortiz, es claro en este punto: «Giovanni cogió el arma, se acercó al muchacho y le disparó en la cabeza«.
«En ese momento –prosigue la confesión del imputado–, la muchacha pega un grito y no recuerdo qué dijo; me fui a donde estaba el ‘Veneco’ y ‘El Negro’, y en ese momento el ‘Veneco’ dice: ‘venga, voy yo’; me fui donde estaba parqueado el carro; al instante escucho un tiro y vienen corriendo el ‘El Negro’ y el ‘Veneco’; observo que el revólver viene en la mano del ‘Veneco'».
A partir de ahí, tal como se reveló en la audiencia indagatoria, los acusados se habrían montado en el vehículo para huir hacia la cercana localidad de Riohacha.
A falta de conclusiones judiciales
Después de dos días de audiencias a puerta cerrada, el juez encargado de este caso dio por buena la solicitud de la Fiscalía y envió a prisión preventiva a los acusados, quienes no aceptaron los cargos de homicidio agravado, secuestro simple, porte ilegal de armas de fuego y hurto agravado.
A falta de una sentencia judicial definitiva, el relato vertido en este juicio contradice en principio una tesis propuesta por Ximena Cáceres, madre de la mujer asesinada, que sostuvo en una entrevista con Caracol que habían matado a su hija por su labor como activista social, y aseguró que hacía tiempo que «le seguían los pasos» por esa misma causa.»Por eso los mataron, por ser una líder social que no hacía nada más que defender a los campesinos; a ella la mataron por los problemas que hay en este momento en Colombia», explicó Cáceres.
Por el momento, la Fiscalía considera que las declaraciones prestadas por los acusados son congruentes entre sí y con los datos derivados de la investigación.