Apenas conoció la noticia, el portero, quien el próximo 30 de marzo cumplirá 32 años, expresó su alegría. “Estoy pasando uno de los momentos más felices de mi vida”, dijo a EL TELÉGRAFO.

En una red social publicó: “¡Soy ecuatoriano carajo!”. Sobre esa frase comentó que “sonó duro pero fue lo que sentí cuando leí el decreto de mi naturalización”.

El ahora ecuatoriano siempre se mantuvo respetuoso ante la serie de futbolistas extranjeros que lograban ser tricolores, pese a que llevaban menos tiempo en el país, como el brasileño Gabriel Marques, que llegó en 2015 o el paraguayo Francisco Silva, quien está desde 2014, o que no realizaban el trámite de rigor en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.

El último caso fue el del argentino Damián Frascarelli, quien está en el país desde 2017 y que el pasado enero recibió la carta de naturalización, luego de vincularse al Barcelona de Guayaquil.

“Nunca hablé de otras personas y eso que me preguntaron varias veces acerca del tema”, dijo el golero en su momento al ser consultado sobre la situación de otros colegas y aseguró sentirse feliz de ser ecuatoriano.

En las ocho temporadas defendiendo el pórtico del conjunto “camarata”, el santafecino suma más de 300 partidos entre la Serie A y B, categoría de la que salió campeón en 2012 con el único equipo en el que ha jugado en el país suramericano.

El guardameta, que disputó cuatro Copas Sudamericanas, se convirtió en una de las posibilidades de convocar que tiene el seleccionador nacional Hernán Gómez.

De acuerdo con el proceso para conseguir la naturalización se debe haber residido de forma regular y continua al menos tres años en el país.

Galíndez lleva siete y va para su octava temporada con la “chatoleí”, además de cumplir con otros requisitos.

Entre esos requerimientos está conocer los símbolos patrios (el himno lo aprendió en 2014), o exponer en una entrevista los motivos por los que desea adquirir la nacionalidad ecuatoriana.

En el ítem de las razones que tiene para ser ciudadano tricolor, el arquero señaló, entre otras, que es un agradecido del país por todo lo que le ha dado y del cariño de la gente.

Galíndez no se quedará solo con la naturalización ya que no planea volver a su país tras el retiro, pues tiene varios proyectos para realizar en Ecuador.

Entre ellos planea armar una escuela de arqueros y dar la posibilidad a jóvenes promesas sin recursos económicos para que aprendan a atajar y así “poder devolver por lo menos algo a un lugar que me dio todo”, señaló.

Una vez concluido el entrenamiento de este martes, el argentino-ecuatoriano pasó por su casa para almorzar con su hijo Estéfano, de 2 años, saludó a su esposa, Pamela Cersósimo, y se dirigió a la matriz del Registro Civil en Quito para iniciar otro proceso, esta vez corto, el de sacar la cédula que lo acredita como ciudadano ecuatoriano.

Los otros cancerberos que también obtuvieron la nacionalidad y que se encuentran disputando la primera división son el argentino Esteban Dreer, en Emelec; los colombianos Luis Fernando Fernández (Aucas) y Rolando Ramírez (Fuerza Amarilla) y el uruguayo Damián Frascarelli (Barcelona).

Han sido varios los goleros que recibieron la carta de naturalización ecuatoriana, sin embargo son pocos los que sobresalieron.

En esa lista destacan los retirados Hélio Carreiro da Silva (Helinho), Eduardo “Ñato” García, Pedro Latino, Javier Klimowicz o Marcelo Elizaga, quienes defendieron el pórtico de la Tricolor. (I)