Liberan y repatrian a un sospechoso de terrorismo que llevaba 20 años encarcelado en Guantánamo
El Departamento de Defensa de EE.UU. anunció este sábado que el argelino Sufyian Barhoumi, un sospechoso por terrorismo que permaneció 20 años encarcelado en la Base Naval de Guantánamo, ha sido liberado y enviado de regreso a su tierra natal, tras obtener garantías del Gobierno de Argelia de que recibirá un trato humano.
Las autoridades argelinas también se comprometieron a imponer medidas de seguridad para reducir el riesgo de que Barhoumi pueda representar una amenaza en el futuro.
«Estados Unidos aprecia la voluntad de Argelia y de otros socios de apoyar la actual campaña estadounidense, los esfuerzos hacia un proceso deliberado y exhaustivo centrado en la reducción responsable de la población de detenidos y, en última instancia, el cierre de las instalaciones de la Bahía de Guantánamo», declaró el Pentágono en un comunicado.
Barhoumi, de 48 años, fue capturado en Pakistán en marzo de 2002 y trasladado a la base naval estadounidense en Cuba, donde nunca fue juzgado. En agosto de 2016, se le notificó que era elegible para su liberación, pero el proceso fue detenido por la Administración del ex presidente Donald Trump.
La transferencia de Barhoumi es la segunda de este año y la tercera desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo. Actualmente, quedan 37 detenidos en la base naval, incluidos 18 que tienen aprobación para ser puestos en libertad bajo la custodia de otro país.
En enero, un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU pidió al Gobierno estadounidense el cierre del centro carcelario, que calificaron de «símbolo de la falta sistemática de rendición de cuentas y prohibición de la tortura patrocinada por el Estado».
Estos expertos exigieron a EE.UU. que envíe a los detenidos a sus hogares o a terceros países seguros, respetando el principio de no devolución, y que brinde «remedio y reparación» a quienes hayan sido torturados y detenidos arbitrariamente por sus agentes, obligando a que los responsables de los actos de tortura rindan cuentas en línea con las leyes internacionales de derechos humanos.