La Justicia argentina ordenó la libertad de Jorge Ríos, un pensionado que mató a un presunto ladrón el 17 de julio luego de haber sido robado en su hogar del partido de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, pero sigue imputado por «homicidio agravado por el uso de arma de fuego«.

Así, el juez de garantías aceptó el pedido del fiscal al considerar que no existe riesgo de fuga. Hasta ahora, el anciano permanecía en prisión domiciliaria. En efecto, las autoridades judiciales subrayaron que la privación de la libertad debe ser aplicada solo como último recurso, mientras avanza el caso.

Uno de los abogados de Ríos, Fernando Soto, señaló que su defendido está internado en una clínica de la Ciudad de Buenos Aires, porque «al colocarle las esposas sobre las heridas, se le infectaron», y «tiene un cuadro de hipertensión arterial grave».

El letrado también compartió una foto del jubilado cuando se enteró sobre su libertad, mientras prosigue la investigación.

¿Qué pasó?

Aquella madrugada, cinco personas ingresaron al domicilio de Ríos, un herrero de 71 años. Se cree que era la tercera vez que intentaban robarle, en una sola noche. El anciano fue golpeado mientras los hombres le exigían dinero. Acto seguido, el pensionado habría tomado un arma dentro de su hogar, disparó, y los jóvenes escaparon.

Un jubilado mata a tiros a un presunto asaltante y reabre el debate en Argentina sobre la ‘legítima defensa’

En las grabaciones, se puede ver cómo uno de ellos intentó huir en plena calle, pero casi no podía caminar porque tenía una fuerte herida en un pie. Así, el anciano salió a buscarlo, lo encontró vencido en el piso, sin posibilidades de moverse, y lo remató con su pistola.

La opinión pública del país sudamericano se dividió entre aquellos que defienden el accionar del herrero, y entre quienes piensan que fue un asesinato, porque al momento de disparar, su vida no corría peligro.

En ese marco, la Justicia debe determinar si hubo legítima defensa, o si se trató de un homicidio tipificado en el Código Penal. Según la autopsia, el cuerpo de Franco Moreyra tenía dos balazos: uno en el tórax y otro en el abdomen. Además, la Policía ya atrapó a cuatro individuos acusados de haber participado del robo.

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