Las patologías graves, desplazadas: las otras consecuencias del colapso sanitario en España por el coronavirus
El colapso sanitario que ha provocado la propagación de la pandemia de coronavirus en España ha desplazado la atención de otras patología graves. El sistema de salud del país ha estado muy tensionado y todas las especialidades se han volcado para frenar la epidemia, de manera que clínicas dedicadas a otras patologías han centrado sus esfuerzos en atender a los pacientes de covid-19.
Esto ha supuesto que los recursos humanos y materiales dedicados a esta enfermedad se sustrajeran de la atención a otros pacientes, como Iván, a quien le descubrieron un cáncer de piel en noviembre del año pasado. Después de ser operado descubrieron que tenía metástasis, pero llegó la pandemia y la segunda cirugía se aplazó durante semanas. Este paciente cuenta cómo tuvo que hablar con su doctora para acelerarla: «Le dije, ¿qué está pasando? Hace tres días me dice que de forma urgente me tienen que volver a operar porque el tumor es muy agresivo y tres días después me dejan abandonado».
Retraso en tratar patologías urgentes
Pero también los enfermos han tardado más en acudir a los centros sanitarios. El colapso hospitalario por el coronavirus provocó que desde las autoridades sanitarias se mandase el mensaje a la población de que si no era urgente, era preferible no acudir a un centro de salud.
La consecuencia ha sido que el número de ingresos por enfermedades graves se ha reducido. Una de ellas es el ictus, una patología en la que es vital reaccionar a tiempo para reducir los daños irreversibles. Sin embargo, según los últimos estudios, el número de ingresos por ictus durante la crisis se ha reducido en un 30 %.
Han acudido menos pacientes, pero más graves. Pablo Eguía, presidente de la Sociedad Canaria de Neurología, lo resume así: «Los pacientes están llegando tarde a las urgencias, están esperando en casa con los síntomas de ictus, y es justo lo contrario de lo que hay que hacer».
Además, el aluvión de pacientes con covid-19 ha forzado al sistema sanitario a posponer intervenciones y revisar la prioridad de cada cirugía. Por ejemplo, el dato de la organización nacional de transplantes es muy revelador: este tipo de operaciones se ha reducido en más de un 80 %. Los casos más graves han sido atendidos, pero hay otros pacientes que están a la espera y ven cómo su salud se ha ido deteriorando.