Las inesperadas peleas del peronismo que enfrenta Alberto Fernández en medio de la pandemia y la crisis económica
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, enfrenta una inesperada batalla política con sus propios aliados, que se acumula a la tensión social que hay por la pandemia y la crisis económica, y que ya impactó de manera negativa en su popularidad.
Una carta de la presidenta de la Asociación Abuelas de Mayo, Hebe de Bonafini, fue el detonante que develó las peleas internas del oficialismo.
«Después de mucho discutirlo nos dirigimos a usted con mucho dolor porque nos sentimos agraviadas y heridas en lo más profundo de nuestro corazón, al ver que sentó en su mesa a todos los que explotan a nuestros trabajadores y trabajadoras, y a los que saquearon el país», afirmó la dirigente de derechos humanos, en referencia al encuentro con empresarios que el presidente sostuvo para conmemorar los 204 años de la Independencia.
Carta abierta al Presidente Alberto Fernández @alferdezhttps://t.co/BssDTp3N3V#Madres43AñosDeLucha#NiUnPasoAtráspic.twitter.com/qhrk1Flsqt
— Prensa Madres (@PrensaMadres) July 14, 2020
De Bonafini, quien es conocida por su radicalización política, también es uno de los personajes más cercanos a Cristina Fernández de Kirchner, por lo que sus cuestionamientos al presidente se interpretaron en algunos sectores como críticas indirectas de la vicepresidenta.
En la carta, De Bonafini se despidió del presidente «con tristeza», después de afirmar que lo más grave de todo era que varios de los empresarios convocados eran los mismos que secuestraron a muchos militantes durante la última dictadura (1976-1983).
La misiva armó un revuelo por lo inesperado de las críticas públicas desde el propio oficialismo, por lo que el presidente llamó de inmediato a De Bonafini y después publicó él mismo una respuesta por escrito.
Tono conciliador
«Tengo la enorme responsabilidad de ser el Presidente de todos los argentinos. Entiendo el ejercicio de la política como el instrumento que nos permite cambiar la vida de nuestro pueblo. Este gobierno trabaja todos los días para ello y cree en el diálogo para poder avanzar», aseguró Fernández.
Desde mi afecto y compromiso de siempre. @PrensaMadrespic.twitter.com/OnAt4n17B1
— Alberto Fernández (@alferdez) July 14, 2020
Por eso, dijo, a la mesa del gobierno se sientan empresas grandes, medianas y pequeñas, trabajadores y trabajadoras, movimientos sociales, estudiantes, jóvenes, científicos, y las y los argentinos en general, ya que esa es su responsabilidad.
«Queridas Madres, siempre las escucho y atiendo sus observaciones o reparos. Tengo plena consciencia de lo que ustedes han significado y significan para que seamos mejores como sociedad, por eso, tengan la plena seguridad de que todas nuestras políticas tienen un objetivo central: construir la Argentina socialmente justa que aún soñamos», afirmó.
Las Madres respondieron con un breve mensaje en Twitter. «Su respuesta nos alienta a seguir luchando», señalaron, aunque para ese momento los pleitos ya habían escalado.
El exministro de Planificación Julio De Vido, quien enfrenta múltiples causas por presunta corrupción, se sumó en redes sociales a las críticas de De Bonafini contra el presidente, que fueron respondidas de inmediato por Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, que suele tener presencia mediática y que ahora salió a defender al gobierno.
No sé como te da la cara. Con varios de esa foto te juntabas a hacer negocios. Por tipos como vos, Macri llegó a Presidente.
— Juan Grabois (@JuanGrabois) July 14, 2020
«No sé cómo te da la cara. Con varios (empresarios) de esa foto te juntabas a hacer negocios. Por tipos como vos, Macri llegó a Presidente», le reclamó Grabois. «Saliste basura, no sé cómo te da la cara a vos, con los negocios que hacías con la (exministra de Desarrollo social, Carolina) Stanley para cagar a la gente. A mí Macri me metió preso y a vos te garpaba (pagaba), cagador», le reviró De Vido.
Pero Grabois contraatacó: «Mentís. A mí Macri me metió preso por defender vendedores ambulantes. Vos le viniste como anillo al dedo a los gorilas (antiperonistas) con tu mugre para justificar sus tropelías. En vez de delirar con heroísmos imaginarios y llorar de víctima, deberías pedir perdón a la sociedad».
El exministro forma parte del sector del peronismo molesto, que considera que Fernández no defiende como debiera a los exfuncionarios acusados de corrupción, entre ellos él mismo y el exvicepresidente Amado Boudou.
Apoyos y más críticas
A la pelea se sumó el ministro de Defensa, Agustín Rossi. En sus redes sociales, apoyó al presidente y recordó su trayectoria política al lado de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner.
«Desde mi lugar de militante, con respeto, les digo a mis compañeros/as que hoy la tarea más importante es bancar (respaldar) a Alberto. Con corazón y con cabeza. Por historia y por futuro. Simple y contundente», convocó.
Defendí en el recinto y en la calle cada una de las leyes. Apreté los labios muchas veces con la 125, le puse garra, cabeza y cuerpo a ese debate. Sentí la trascendencia de la nacionalización de las afjp, me emocioné con YPF, disfruté de la belleza del matrimonio igualitario
— Agustín Rossi (@RossiAgustinOk) July 15, 2020
Pero las internas continuaron en las Madres de Plaza de Mayo que hace décadas se dividieron en diferentes sectores, aunque, en su mayoría, hoy apoyan al actual gobierno.
Taty Almeyda, parte de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, recordó que De Bonafini no las representa hace mucho y criticó su carta contra Fernández por considerar que le pone «piedras en el camino» a un gobierno que recién cumplió siete meses.
Desde la misma organización, Nora Cortiñas advirtió que el presidente puede reunirse con quienes quiera, y consideró que el único límite son los genocidas que cometieron crímenes de lesa humanidad en la dictadura.
Las peleas del peronismo se registran en un momento en el que las encuestas registran una brusca caída de la popularidad del presidente. En los primeros dos meses de la pandemia, llegó a alcanzar niveles inéditos de valoración positiva del 80 %, pero hoy, con el desgaste social y la crisis económica acentuada por el covid-19, alcanza entre el 45 y el 60 %, de acuerdo con diferentes sondeos.