Las cifras récord de salvadoreños detenidos en la frontera estadounidense ensucian la gestión Bukele
Los salvadoreños siguen huyendo de su país. Cientos cada día, miles cada mes. Y el destino prioritario es el mismo: Estados Unidos. Llevan haciéndolo por décadas, sobre todo a partir de los setenta. Pero en 2020 hubo un colapso en los indicadores de flujos migratorios, y faltaba saber si había sido por la pandemia de covid-19, por el arribo al poder del presidente Nayib Bukele, o una mezcla de ambas.
La duda ya se ha resuelto. En 2021, los salvadoreños están huyendo de su país más incluso que durante los gobiernos anteriores.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, entre el 1 de octubre de 2020 y el 31 de agosto de 2021 han sido detenidos 87.702 salvadoreños por cruzar la frontera sur de manera irregular. Un promedio de 262 registrados cada día por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés). Casi 8.000 cada mes.
Todo indica que en el año fiscal 2021, que finaliza el 30 de septiembre, los salvadoreños detenidos en la frontera sur superarán los 95.000, la cifra más alta en lo que va de siglo XXI.
No hay ‘efecto Bukele’
RT consultó a dos expertos salvadoreños con amplia experiencia en materia migratoria: Óscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas, una de las oenegés de referencia; y Celia Medrano, especialista en migración y derechos humanos. Ambos coincidieron en que el fuerte descenso en las detenciones en 2020 fue un espejismo, una anomalía estadística atribuible exclusivamente a la pandemia.
«Debemos de entender que nuestra sociedad es una sociedad migrante», dice Medrano, «que para cientos de miles de salvadoreños, su proyecto de vida digna y segura lo proyectan fuera del país».
Nayib Bukele es presidente desde el 1 de junio de 2019 y, pese a su deriva autoritaria, su proyecto político todavía goza de un amplio respaldo. El 85 % de la población aprueba su gestión, según una encuesta realizada en agosto por el diario La Prensa Gráfica.
La administración Bukele, de hecho, se esforzó en divulgar la idea de que tanto el entusiasmo generado en torno al presidente como las políticas públicas impulsadas eran un elemento clave para explicar la caída de migración en 2020.
«Que distintos funcionarios se hayan jactado de que la disminución de la migración hacia Estados Unidos sea por el éxito del Plan Control Territorial sólo evidenció la falta de comprensión y entendimiento de las temáticas de movilidad humana por parte de estos funcionarios», dice Medrano, amparada en lo que está ocurriendo en 2021.
Óscar Chacón va más allá. Él sí cree que el fulgurante ascenso de Bukele en El Salvador ha tenido algún efecto en el flujo migratorio de salvadoreños hacia Estados Unidos. «Pero yo prefiero llamarlo ‘factor esperanza’, y es algo totalmente subjetivo, porque se trata de percepciones y no de realidades», dice.
El fuerte descenso en las detenciones en 2020 fue un espejismo, una anomalía estadística atribuible exclusivamente a la pandemia.
El director ejecutivo de Alianza Américas está convencido de que la migración de salvadoreños en 2021 sería aún más alta si no fuera por ese «nivel de esperanza» que Bukele ha generado.
A Chacón le preocupa esta situación: «Lo preocupante será cuando la sociedad salvadoreña comience a despertar del encanto colectivo en el que está sumergida, y comience a quedar claro que las cosas reales y tangibles (empleo, bienestar social, seguridad ciudadana, gobernanza democrática…) son cosas en las que estamos peor».
¿Punta del iceberg?
El Salvador tiene 6,3 millones de habitantes y poco más de 20.000 kilómetros cuadrados. En los últimos 11 meses, cada día han sido detenidos en la frontera sur estadounidense 262 ciudadanos –en promedio– del pequeño país centroamericano. Las cifras de la CBP son la base para poder dimensionar lo que supone el fenómeno de la migración en esta sociedad.
Entre esos 262 salvadoreños detenidos cada día por las autoridades estadounidenses no están los que logran ingresar en Estados Unidos, ni los que se quedan en México, ni los que migran a otros países centroamericanos o europeos, ni los que mueren en el intento. Es, valga el lugar común, la punta del iceberg.
«Hay salvadoreños que viajan a Estados Unidos con visas de visitante (turistas, estudiantes, etcétera) y que deciden radicarse de forma permanente», dice Óscar Chacón, para ilustrar que las cifras del Departamento de Seguridad Nacional son tan sólo un elemento para medir la migración irregular a Estados Unidos.
«A diferencia de los migrantes de otros países centroamericanos, la migración irregular salvadoreña es mas sofisticada, con más capacidad de pago a traficantes y redes de apoyo, tanto en la ruta como en el país de destino», agrega Celia Medrano.
Teniendo todo esto en cuenta, la cifra real de salvadoreños que han huido de su país en 2021 podría ser de 400, 600 o incluso más cada día. Por pura probabilidad matemática, entre el torrente de migrantes que escapan de El Salvador debe haber un porcentaje significativo de simpatizantes del bukelismo.
Donald Trump versus Joe Biden
¿Hay diferencias entre el trato que reciben los migrantes indocumentados de parte de las administraciones Trump y Biden? RT trasladó esta pregunta a los dos expertos.
«No –responde tajante Óscar Chacón–; aun cuando la retórica es diferente, el trato es el mismo, y la explicación de esto tiene mucho que ver con el predominio de la idea de que los migrantes no blancos son personas indeseables que amenazan el bienestar de Estados Unidos, y no hay nada más distante de la verdad».
Celia Medrano, por su parte, matiza que la administración Biden se ha alejado del «discurso xenofóbico, racista y antimigrante de Trump; sin embargo, el mensaje del actual gobierno para los migrantes salvadoreños y centroamericanos también ha sido claro: no vengan».