La suspensión de la producción de vacunas contra el covid-19 en Brasil amenaza la lenta campaña de inmunización
Con una media que supera los 1.970 decesos diarios y los 83.300 contagios en Brasil, el cese de la producción nacional de inmunizantes, principal arma para evitar una tercera ola, amenaza la ya de por sí lenta campaña de vacunación en este país.
La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) interrumpió el jueves la producción de la vacuna Oxford/AstraZeneca por falta de insumos. La semana pasada, el Instituto Butantan, asociado al laboratorio chino Sinovac, suspendió la producción del inmunizante Coronavac por los mismos motivos.
Oxford/AstraZeneca y Coronavac son las dos únicas vacunas que forman parte del Programa Nacional de Inmunización (PNI) producidas en Brasil. También se aplica el inmunizante Pfizer, pero es importado desde EE.UU.
Se espera que en los próximos días tanto Fiocruz como Butantan, cuya materia prima proviene de China, reciban un cargamento de Ingrediente Farmacéutico Activo (IFA) para reanudar su producción, tal y como confirmó este viernes el embajador de China en Brasil, Yang Wanming.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, responsabilizó recientemente al Gobierno Federal del retraso de estas remesas. «Todo el mundo sabe. Tenemos un obstáculo diplomático, como resultado de las desastrosas declaraciones del Gobierno contra China, y esto provocó un bloqueo por parte del Gobierno chino de la liberación del cargamento de insumos», declaró.
Doria hizo referencia a unas declaraciones del presidente Jair Bolsonaro hace unas semanas en las que insinuó que China se benefició económicamente de la pandemia y que el virus pudo crearse en un laboratorio, algo considerado «extremadamente improbable» por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desciende la vacunación
Los expertos calculan que la reanudación de «una vida normal» en Brasil se alcanzará cuando el 70 % de la población esté vacunada. Sin embargo, la inmunización en el gigante latinoamericano, que comenzó a mediados de enero, cayó en la última semana hasta un 17 %. Para los especialistas este descenso se debe a la falta de coordinación del Gobierno en la campaña de vacunación contra el covid-19, cuando este país es mundialmente reconocido por su capacidad para producir vacunas e inmunizar a millones de personas en un tiempo reducido.
También apuntan al recelo de los brasileños ante la vacuna de AstraZeneca que, además de restringir su aplicación en algunos países a personas por debajo de ciertas edades, el Ministerio de Salud de Brasil suspendió su aplicación a embarazadas por un caso «adverso grave» que es investigado.
Con una población de 212 millones de personas, las cifras de vacunados son bajas: unas 40 millones personas (cerca de un 25 %) recibió la primera dosis y 20 millones (un 13 %) la segunda.
Una Comisión de Investigación Parlamentaria (CPI) indaga desde hace dos semana las posibles omisiones del Gobierno en la gestión de la pandemia y, entre los asuntos más destacados, está la responsabilidad en los retrasos de importación de estos insumos. Algunas de las comparecencias ya han dejado entrever que pudo haber fallos en la compra de vacunas.
El presidente de Pfizer para América Latina, Carlos Murillo, confirmó ante la CPI que la farmacéutica ofreció a finales de 2020 entregar las primeras vacunas anticovid a Brasil y que el Ejecutivo del ultraderechista no respondió. El contrato con la compañía estadounidense se firmó el pasado 19 de marzo, por 100 millones de dosis para este año. Este extremo también fue confirmado por el exsecretario de comunicación de Presidencia de Brasil, Fabio Wajngarten.
Por su parte, el exministro de Salud, Eduardo Pazuello, aseguró que tuvo dudas en la compra de Pfizer porque exigía unas condiciones contractuales «leoninas» y calificó de «agresiva» la estrategia de venta de la empresa. Desde que comenzó la pandemia, en Brasil ya son casi 445.000 los fallecidos y hay más de 15,8 millones de contagiados.